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viernes, 15 de julio de 2016

Ruta desde el Puente del Engeño al Valle de Navalmanzano

Uno de los valles más bonitos de toda Sierra Morena Oriental es el valle de Navalmanzano, a los pies de las cumbres más elevadas de toda la cordillera se abre un lugar de fácil acceso y que nos muestra una enorme riequeza botánica, animal y paisajística. Para recorrerlo en su integridad debemos de ir hasta el puente del Engeño, que se encuentra un poco antes de llegar a Fuencaliente, a nuestra derecha (viniendo desde Cardeña) por la carretera que va hacia Puertollano, dejaremos el coche y comenzaremos nuestro "andurreo".



En primer lugar tendremos una corta subida hasta un pequeño puerto donde el camino se divide en tres, nosotros tomaremos el de nuestra izquierda.



Las típicas vallas elaboradas con barro y vegetal las tendremos en algunos casos muy bien conservadas, y es una pena que no se protejan para evitar su desaparición.



Conforme avanzamos iremos adentrandonos en el valle y veremos como al fondo aparecen los picos más altos de la zona, como el Bañuelas, altura máxima de Sierra Morena con algo más de 1300 metros.


El río Navalmanzano nos acompañará durante gran parte del recorrido.


El camino se adentra en el valle y veremos como arriba a nuestra derecha se vislumbra las faldas del Burcio del Pino, donde nos espera la casa de Navalmanzano, final de nuestro recorrido.


Otro cruce nos aparece como una hora después de iniciada la marcha, deberemos de tomar la que sigue hacia una fuerte subida que se llama la Cuesta del Sauco. Para ello cruzaremos el río.




Algunas plantaciones de olivos, un tanto dejadas, se han abierto paso entre el sensacional matorral mediterraneo que dominan estos pagos, aunque también veremos alguna mancha de pino autóctono.


A media cuesta veremos una cancela a nuestra derecha, que también es camino público, que se dirige por la falda sur de Sierra Quintana, otro lugar maravilloso que está al alcance de nuestros pies.


Las vistas conforme subimos son extraordinarias.



Fuencaliente aparece al fondo incrustada en la montaña.



El camino se adentra en un bosque de robles melojos y pasa algunos canchales que vienen de las laderas de Sierra Quintana.



Pasaremos por una cancela que debemos dejar cerrada, reitero que el camino es público y que transitamos por bosques comunales pertenecientes al Ayuntamiento de Fuencaliente. Alguien cansado de ver como la dejan abierta nos lo recuerda con algo de humor.



Buitres leonados, negros, águilas reales e imperiales, culebreras, calzadas,  todo tipo de aves de los bosques, zorros, comadrejas, incluso lobos son habitantes de estos parajes y podremos ver restos de su presencia si somos buenos observadores, e incluso inmortalizarlos si llevamos una cámara en condiciones.



El camino se allana y llegaremos a las casas de navalmanzano, donde podremos disfrutar de un buen almuerzo y las vistas de toda la sierra. A partir de ahí se pueden hacer otros recorridos más largos que dejaremos para otra jornada. El tiempo invertido en la ida puede ser de unas dos horas y media, que a la vuelta se acortarán porque iremos en constante bajada.



jueves, 14 de abril de 2016

Los Puente del Engeño, Nacimiento del Río Yeguas

En el kilómetro 97,6 de la carretera que une Puertollano con Montoro y muy cerca de la entrada a Fuencaliente, se encuentra un carril que en unos metros desemboca en un lugar muy peculiar que se denomina "Los Puentes del Engeño", aunque también se llama del "ingenio", y que es el inicio y fin de una serie de rutas por lo más profundo de Sierra Morena.



En dicho lugar además tenemos la oportunidad de comprobar como el río Cereceda (que baja del valle con el mismo nombre) y el río Pueblo se unen para formar El Yeguas, que terminará desembocando en el Guadalquivir, recorriendo antes todo el Parque Natural de Cardeña Montoro.



Desde este mágico lugar se puede acceder al Valle de Navalmanzano, a la Sierra de Quintana, al macizo del Bañuelas (pico más alto de toda Sierra Morena), al Burcio del Pino, a Peña Escrita, a la Virgen de la Cabeza tras recorrer unos 40 kilómetros de carriles, en definitiva a grandes recorridos que hacen las delicias de cualquier senderista y amante de la naturaleza.


En este lugar y sus cercanías podemos observar también las ruinas de algunos molinos que utilizaban la fuerza del agua y que desgraciadamente se han quedado en practicamente nada como otras muchas construcciones que podrían haber sido reformadas y puestas en valor.


domingo, 20 de marzo de 2016

Puente del Engeño Collado del Encebre

Al Collado del Encebre se puede acceder desde las pinturas de Peña Escrita, el cual ya hemos realizado, y también desde el Puente del Engeño (la que os presentamos hoy), cualquiera de los dos será una memorable jornada senderista por el Valle de Navalmanzano con unas vistas extraordinarias de distintas zonas de esta parte de Sierra Madrona.


El comienzo de esta ruta lo haremos desde un lugar histórico y que se encuentra justo un poco antes de llegar a Fuencaliente, si venimos desde Andalucía, a nuestra derecha aparece un carril, en una curva hacia la izquierda, que inmediatamente nos deja entre dos puentes que cruzan el río Cereceda y el Navalmanzano para un poco más abajo formar el Yeguas.


Como siempre dejamos el vehículo en un lugar que no moleste y nos prepararemos para una buena caminata que en unas tres horas nos dejará sobre el Collado del Encebre. El carril de forma inmediata tiene una subida y al final de ella aparecen tres carriles, debemos de tomar el de la izquierda siguiendo el cartel que lleva hasta el cortijo de "La Lisiadilla". A este lugar se le conoce como el cruce de "los colaillos".


Este carril nos acompañara hasta el collado en constante subida y alguna que otra bajada, las menos.


Veremos algún que otra cortijada derruida y con las vallas típicas de la zona construidas con piedras, adobe y restos de vegetales.


Pronto el arroyo de Navalmanzano nos acompañará yendo paralelo a nuestro carril por la derecha.


Nos estamos adentrando en el Valle de Navalmanzano y cada vez tendremos mejores vistas de la umbría de Sierra Quintana y el macizo de Bañuelas, donde se encuentra el punto más alto de Sierra Morena.


Buenas muestras de vallas autenticamente serranas y que perduran en el tiempo veremos a lo largo de esta ruta.


Tras aproximadamente una hora de camino llegaremos a cruzar el río Navalajeta, que así también se conoce al Navalmanzano, y comenzaremos una fuerte pendiente que es conocida como "la cuesta del Sauco".


La pendiente nos hará retenernos y volver la vista para contemplar el macizo del Bañuelas y las inmensas laderas llenas de jarales donde se refugian una variada fauna.


A mitad de la cuesta nos sale un carril a la derecha que si nos llevaría por la solana de Sierra Quintana adentrándonos en el Parque Natural de la Sierra de Andujar, eso lo dejaremos para otro día, debemos de seguir hacia delante en un pequeño esfuerzo más antes de que el carril gire hacia la izquierda para ir paralelos a la umbría de estas preciosas sierras.



Pasaremos una valla que debemos dejar convenientemente cerrada y al poco llegaremos a las ruinas de las caballerizas de Navalmanzano. Con unas fenomenales vistas del robledal y de las crestas del Burcio del Pino donde se alojan muchas y variadas rapaces.




Junto a estas ruinas aparece un cruce y tenemos que tomar el de la derecha, el de la izquierda nos dejaría en las Pinturas de Peña Escrita, y a partir del mismo seguiremos subiendo de forma un tanto más inclinada que hasta ahora.


Nos adentramos entre un antiguo robledal y también un pinar que es el único autóctono que queda por esta zona, los demás son todos fruto de una equivocada política de repoblación que poco a poco está siendo cambiada a base de talas selectivas.



El Bañuelas estará presente en toda la ruta y aparece inaccesible por su fuerte pendiente y el intrincado matorral mediterráneo que lo rodea.


Los robles dan un aspecto cambiante dependiendo de la estación en la que realicemos la ruta.



Aproximadamente a las tres horas llegaremos al Collado del Encebre, donde veremos un cartel indicador de las pinturas rupestres del Burcio del Pino.


Aquí finaliza la ruta, pero os propongo un pequeño esfuerzo más ya que merece la pena asomarse al maravilloso Valle de Valmayor que se encuentra unos 5 minutos más adelante por el mismo carril paralelo a la valla que pertenece a este gran latifundio.


Unos metros de bajada por ese carril y veremos la inmensidad de esta inmensa finca cinegética donde no hace mucho vivían muchas familias y que hoy día es propiedad de una sola persona.


Son tres horas, aproximadamente, la ida y otras tanta la vuelta las que invertiremos en una de las rutas más espectaculares de estas sierras.




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