Parece mentira los paisajes que esconde el Valle de Alcuida, tesoros escondidos que poco a poco van apareciendo en pequeñas dosis, también gracias a la nueva gestión del parque natural. Todo ayuda a que se vayan poniendo en valor la multitud de lugares que hay por visitar en esta zona colindante entre Andalucía y Catilla la Mancha. Esta vez nos hemos trasladado hasta Hinojosa de Calatrava y desde allí tomaremos dirección hacia la carretera de los embalses. Primero un trozo asfaltado que está infame, aunque circulable para cualquier turismo, y luego otro tramo de tierra que no tiene tanta cantidad de baches como el anterior.
Pasaremos la presa del río Tablillas y a unos tres kilómetros veremos un cartel a nuestra derecha que nos indica nuestro destino, luego deberemos de tomar otro desvío a la izquierda (también indicado) y habremos llegado a la puerta de acceso a los montes públicos donde deberemos de dejar el coche y ponernos las botas.
Nada más comenzar veremos un cartel hacia la izquierda que recomiendo ignorar y seguir de frente por la pista, ya que si seguimos las indicaciones de este cartel habremos terminado la ruta en 15 minutos y claro hemos venido a andar y ver bien la zona.
La pista por la que circulamos nos ofrece unas vistas preciosas de todo el valle que conforma aquí el río Montoro y que verdaderamente son espectaculares.
A unos dos kilómetros llegaremos a la casa de Los Alamillos, que es el nombre de estos montes públicos, desde la que tendremos más y mejores vistas. A partir de aquí la bordearemos por la izquierda y comenzaremos a bajar por otra pista hasta las orillas del río.
A la derecha veremos como el río sale de su encajonamiento para cruzar desde la zona de Ventillas hasta el Valle de Alcudia.
Son otros casi dos kilómetros de bajada hasta las orillas de río Montoro, donde veremos unos "tablazos" que son la antesala de nuestro detino final. Iremos hacia la izquierda y en poco más de 500 metros habremos llegado a la zona del molino.
Un llano con frondosa arboleda, un antiguo y abandonado molino de agua y una pequeña zona recreativa nos dan la bienvenida y nos invitan a degustar las viandas que portemos. Estamos en un lugar tranquilo, en plena naturaleza y donde el tiempo se detiene. Disfrutemos de el cuanto podamos.
El retorno lo haremos hasta donde están los carteles indicadores y esta vez tomaremos el camino perpendicular y en subida desde el río y saldremos al primer cartel que ignoramos al comienzo de nuestra ruta.
La zona es rica no solo en paisaje ya que tendremos ocasión de ver buitres negros y leonados, águila real e imperial, corzos, jabalíes, ciervos, en fin todo lo que seamos capaces de descubrir antes de que ellos nos descubran a nosotros. Son unas dos horas de trayecto en total más las paradas que queramos hacer.