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jueves, 4 de febrero de 2016

La Jara Blanca Floreciendo en Enero

Uno de los muchos espectáculos que nos brinda nuestra Sierra Morena Oriental es la floración de la jara blanca, Cistus ladanifer, donde podemos ver laderas enteras recubiertas de ese verde blanquecino y adornado con miles de "rosas". Y es que ya lo decía Antonio Machado con lo de "en la primavera florece la jara", pero esto del cambio climático está acabando hasta con la poesía y si no que nos lo digan a nosotros cuando el 30 de enero de este año pudimos observar como una tímida flor de jara blanca se nos apareció en los alrededores del Cerro del Cabezo.


Las altas temperaturas de este invierno totalmente atípico, los soleados días y las pocas aguas que han caído deben de haber "estimulado" esta floración que parece que no entiende de fechas y calendarios artificiales y que evidentemente si obedece a la realidad que esta viviendo nuestro campo.


En definitiva no se si esto es una anécdota o un dato más que preocupante del cambio que se está produciendo y que desconocemos sus consecuencias por estas tierras y tan solo esperamos que la naturaleza siga siendo bastante más inteligente que nosotros y sepa adaptarse a esta locura climática favorecida por los peores bichos que habitamos en el planeta.




martes, 17 de abril de 2012

La Jara Blanca: el tallo verde y la flor rosa

La privamera nos obsequia por estas tierras fronterizas entre Castilla la Mancha y Andalucía con una planta tan bella, y breve en su floración, como es la Jara Blanca (Cistus albidus).

Se llama jara blanca o estepa porque su porte es muy bajito y sus hojas tiran al gris-blancuzco, dando desde lejos, con respecto al maquis de su alrededor, un color verde-blanquecino.
Tiene el color del tallo verde y su flor es rosa, sin embargo se llama jara blanca.




Tambien se le conoce con el nombre de estepa o jaguarzo, su flor es descaradamente grande y llamativa, con cinco pétalos rugosos de color rosa purpúreo y numerosos estambres amarillos.











Florece abundantemente en primavera y su flor solo dura un día, aunque son muy numerosas y se renuevan durante casi seis semanas.



Son muy querenciosas para las abejas que se impregnan abundantemente de su polen.








Forman parte de los matorrales y garrigas (formación vegetal baja, difícil de penetrar y constituida por arbustos resistentes a la sequía) que sustituyen a los encinares degradados. Desgraciadamente en el parque de Cardeña tenemos algunas zonas donde las encinas fueron intensamente eliminadas y es en estas donde aparecen estas plantas. Las laderas que dan al Río Yeguas son un ejemplo muy concreto.





Soportan perfectamente las temperaturas extremas, aguantan bien la sequía y no soportan una humedad excesiva.






Las hojas son de color gris blanquecino ovaladas y asperas.



El cazador (de fotos) cazado.


Posee distintas propiedades, aunque hoy es poco usado, se tomaba en jarabes para la tos, como linimento, alivio del dolor de estomago (tomada en infusión o sobre el mismo abdomen). En Argelia como té, resultando muy digestivo tras comidas pesadas. Y durante las epocas de escasez incluso como sucedáneo del tabaco (“er vizio no tié fin”).




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