El poder compartir residencia en Azuel, en pleno corazón donde habitan los linces ibéricos, en medio de tres espectaculares parque como Sierra Madrona, Cardeña y Andujar y donde "el gato" es su verdadera estrella, te hace buscar otros lugares parecidos y donde el escaso felino tenga o pueda tener presencia. Eso nos ha llevado recientemente a conocer la Sierra de Gata.
Un lugar cacereño y froterizo con Salamanca y Portugal, donde el monte mmediterráneoes predominante y donde el lince ibérico oficialmente tan solo está presente al otro lado de la frontera lusa. Pero que indagando en internet encontramos que esta vieja sierra también puede ser receptora de tan escaso animal. Cuestión que a nosotros nos pareció perfectamente factible ya que se dan todos los condicionantes para que puedan vivir nuestros queridos y esquivos gatos clavos. Monte mediterraneo, caza menor, poca población y grandes extensiones de terreno sin grandes carreteras.
El parecido con nuestra zona llega al extremos de que en sus pueblos está muy presente la pizarra y el granito y por si fuera poco los bolos graníticos son perfectamente observables en algunas de sus numerosas rutas de las que dispone.
Parecía que estábamos en pleno valle del Yeguas o el Jándula y que en cualquier momento nos íbamos a encontrar un lince tomando el sol sobre una de esas enormes moles graníticas.
Al mismo tiempo pensamos que son muchos los sitios donde nuestro escaso felino puede ser reintroducido o mejorado su estatus y que si realmente hay interés puede ser "exportado" a otras zonas lejanas que harán que las nuestras tengan menos importancia de la que ahora tienen. Y eso sin lugar a dudas hará también que veamos como pasa de largo un tren al que nunca se nos ha permitido subirnos y ese tren no es otro que la capacidad de atracción turística que tendría para Cardeña el poder ser receptor de naturalistas en busca de ver al Lince Ibérico.
Cuando menos da que pensar algo.
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