El traer a este blog cuestiones relacionadas con la caza es algo inevitable ya que la relación entre cazadores y observadores de la naturaleza es obligatoria y deseable para una mejor comprensión y utilización de nuestro habitat común: el campo.
Pasear por estas inmensas soledades de Sierra Morena es encontrar de vez en cuando señales más que evidentes de la lucha, desigual, entre el hombre y los animales. Pero hay veces en las que este enfrentamiento, repito muy desigual, se hace de forma más elaborada que otras.
Sin lugar a dudas el típico puesto de jabalíes para "hacerles una espera" es cuando menos curioso el verlo y entenderlo.
En primer lugar se establece un claro del bosque donde poder tener una visión clara de la victima, para ello se coloca una especie de "hide" donde se esconde el cazador.
A cierta distancia se pone el cebo para atraer al animal, normalmente maiz por los alrededores para ir poco a poco hasta llevarlo al lugar adecuado. En ese lugar establecen un bidón metálico relleno también con algunos granos y atado a un tronco.
Algunos lo impregnan incluso con gasoil porque dicen que atraen a los jabalíes. Esperan largas horas hasta que el receloso animal se acerca y mueve el bidón para rebuscar en su interior. El ruido alerta al cazador, el rececho es normalmente por la noche, y se posibilita el fatal desenlace.
