En pleno corazón de Sierra Madrona nos encontramos con la famosa y polémica finca La Garganta y una de las entrada a esta desde el lado manchego se hace desde un paisaje espectacular como es el pueblo semi abandonado de Horcajo, con las ruinas de su iglesia, la abandonada mina y rodeado de naturaleza al máximo nivel.
Resulta curioso comprobar como el tren de alta velocidad aparece y desaparece entre tuneles y viaductos en medio de tan fabuloso paisaje. Cuando se estaba construyendo hubo problemas para que la línea pasase por en medio de dicha finca. Por la negativa de los dueños a que fuese así.
Nosotros siempre habíamos pensado que era un capricho más de un señorito que se niega a que por su finca pase el progreso en forma de tren. Eso lo pensaba hasta hace muy poco en el que estuvimos caminando largo rato por dicha finca y comprobamos el ensordecedor ruido que hace el tren, lo anormal que resulta el estar viendo y escuchando durante todo el día pasar trenes hacia un lado y otro y la barrera artificial que significan sus vias y las vallas que la protegen. Algún guarda nos comentó que al principio los animales corrían despavoridos sin saber hacia donde, pero que ya se han terminado acostumbrando, como ellos. Y yo me pregunto ¿no había otro sitio?. ¿Era necesario destrozar un lugar natural de tanta riqueza como este? Y evidentemente no me vale pensar que el que se ha "jodido" (con perdón) es un aritócrata, creo sinceramente que en esa ocasión como dicen en mi tierra "escupimos p'arriba".
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