Torrente, arroyo, riachuelo, regato, torrentera, afluente... son sinónimos de ríos y es un gustazo seguirlos hasta llegar al gran Yeguas que tras estas fechas de lluvias va "cargaito" de agua. Por Madereros, Santamaría o por la Vegueta del Fresno hemos bajado en estos días acompañados por el ruido constante del agua corriendo a nuestro lado buscando lo más profundo del valle del río Yeguas, donde el ruido se hace mucho mayor debido a la gran cantidad de caudal que circula por el mismo.
Son muchos los meses de sequia que hemos padecido y el campo se ha "jartao" de agua y ya no "traga" más y es entonces cuando han empezado a correr todos estos afluentes que llevan al Yegua el preciado liquido elemento.
Endrinal, Navaltorno, Cuegaperros, El Espino, Reloj, Carrizo, Emguijuela, Alamedilla, Vaqueriza, Panizal, etc son nombres de los muchos arroyos que llevan sus aguas al río que limita todo el Parque Natural de Cardeña con la provincia de Jaén y que enamora a todo el que osa de pegarse una buena caminata hasta sus orillas. No es fácil llegar al Yeguas por ninguno de los caminos, al menos una hora y media de caminata hacia abajo y la vuelta cuesta arriba, pero bien que merece la pena el hacer cualquiera de esos recorridos porque el espectáculo es único.
Los efectos de las avenidas de agua se dejan ver con el movimiento de tierras, piedras e incluso la caída de árboles. Son los efectos adversos de una necesitada buena cantidad de agua caída del cielo.
La fuerza del río hace que su cauce y alrededores esté lleno de piedras perfectamente moldeadas por el continuo movimiento del agua, dentro y fuera del agua son un espectáculo añadido.
Cuando confluye un arroyo como el de Valdelagrana con el Yeguas se produce un fenómeno curioso, las aguas que bajan del arroyo vienen cristalinas y parecen filtradas por la lomas que lo rodean y en cambio llegan al Yeguas que va con el color marrón característico del movimiento de tierras que produce el gran cauce que lleva estos días.
Por si fuera poco miramos al cielo y no suele faltar algún que otro buitre leonado que inspecciona los campos en busca de pitanza y en el Yeguas, como no, alguna nutria que nos deleita con su presencia.
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