Recientemente hemos descubierto un camino público que recorre parte de las entrañas de Sierra Madrona desde el Puerto de Niefla hasta la pequeña aldea de Ventillas, perteneciente a Fuencaliente, y que podemos recorrer en unas dos horas y media (ida).
El comienzo se encuentra justo cuando comienza la subida, dirección Puertollano, del puerto de Niefla, a la derecha del carril para vehículos lentos se encuentra una zona donde podemos aparcar junto a una cadena que impide el acceso a los vehículos al carril.
El camino se encuentra encajonado en un valle rodeado de pinos de repoblación que están siendo sustituidos para dejar crecer al original y mucho más fructífero monte mediterráneo.
Los pinos del comienzo dejan paso a mitad de camino a un precioso quejigar con centenarios árboles que durante el otoño tienen un aspecto fantasmagórico espectacular.
Pequeños arroyos atraviesan el camino, que en casi todo momento discurre por un ancho carril en buen estado para el "andurreo".
Pasaremos luego por una zona adehesada donde había instalado antiguos cortijos que desgraciadamente ya se encuentran derruidos, era una zona donde habitaban algunas familias que subsistían de lo que daba la tierra, de la ganadería y de la abundante caza que hay por la zona.
Multitud de colores adornan estos parajes de una gran variedad botánica y que además son cobijo de grandes rapaces y buitres negros y leonados que costantemente surcan estos parajes y que tendremos oportunidad de verlos durante todo el recorrido.
Despues de pasar un viejo y gran pinar, donde una niebla persistente nos envolvía, nos encontraremos una valla que hay que dejar cerrada a nuestro paso. Debemos de seguir paralelos al arroyo que hay por enmedio de una zona adehesada de quejigos.
Unas vallas viejas y derruidas, originales de piedra y adobe, nos indican que nuestro final está cerca.
Atravesaremos el río Montoro a su paso por la aldea de Ventillas, esperando sin éxito que "El Tolín" caiga al agua y poder inmortalizar la imagen.
En la pequeña población podemos reponer fuerzas antes de volver por nuestros pasos hasta el comienzo de la ruta. En Ventillas tenemos una pequeña ermita y una buena fuente donde rellenar las cantimploras antes de desandar el camino hasta el puerto de Niefla.
Ventillas se encuentra rodeada de parajes montañosos que dan cobijo a los pocos lobos que todavía quedan por estas tierras y que luchan por no desaparecer ante la pasividad de las distintas administraciones.
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