No resulta nada extraño que cuando paseemos por los innumerables caminos públicos que existen en Cardeña que nos encontremos con vestigios de un pasado reciente en el que se utilizaba lo que la tierra da para la construcción de vallas. Y esto no es otra cosa que los afloramientos que el batolito de los pedroches hace por esta zona, moles de granito que expertos canteros desgranaban, no sin grandes esfuerzos, para que después fueran colocadas por manos expertas.
Los trozos de piedra eran desgajados de los conocidos como "lomos de ballena" y una vez partidos se iban colocando en las vallas de una forma artesanal y con una sapiencia digna de estudio. Y eso es lo que haría falta en estos momentos, un poco de estudio y de empeño en enseñarnos a todos un poco más de todo este artesanal mundo de las canteras de granito. Unos cuantos carteles y alguna que otra publicación podrían completar una puesta en valor de la relación de toda esta comarca con el mundo del granito.
No nos cansaremos de decirlo dejar morir en el olvido todo lo que el granito esconde es algo que las distintas administraciones no deberían de permitir y sobre todo es una pena que no enseñemos al mundo lo que más nos caracteriza: la forma de ser de nuestras gentes, sus formas de vida y su relación con el medio que nos rodea.
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