Sentarse en las grandes piedras que se encuentran en el cauce y orillas de nuestro río Yeguas y contemplar como un pequeño pajarillo hace cientos de veces el recorrido desde los tamujares hasta el centro del agua y vuelta al tamujar, es algo tan sencillo como placentero. Se trata del mosquitero común, Phylloscopus collybita, con algo más de diez centímetros de tamaño, que se muestra incansable en sus movimientos y en sus cánticos.
Y no es que le guste ir y venir tantas veces, se trata de que por encima del agua hay multitud de insectos que ellos atrapan con una habilidad asombrosa. Salta de la rama, revolotean breves instantes, atrapan y vuelven a su posadero.
Esta pequeña ave insectívora es muy fácil confundirla con el mosquitero musical, Phylloscopus trochilus, de hecho nosotros no estamos totalmente seguros de que este sea el común tan solo creemos que es este por la forma del canto que es mediante notas cortas. Mientras que el musical lo hace de una forma mucho más variada y viva.
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