Un lugar con un encanto especial, de los muchos que existen en Sierra Morena Oriental, es sin lugar a dudas los llanos que albergan el derruido cortijo de Molina, en el camino que va desde Horcajo hasta la pequeña aldea de Ventillas, perteneciente al municipio de Fuencaliente (Ciudad Real).
Enclavado entre la Sierra Sur de Alcudia y Sierra Madrona y rodeado de bosques de encinas, quejigos, madroños, robles, etc se encuentra una pequeña loma, junto al arroyo del Ojuelo, y estrategicamente en lo alto de esta se situa un cortijo ya abandonado.
El lugar es fenomenal para la observación de ciervos, jabalíes y demás habitantes de estos parajes que utilizan estos prados para aprovechar su fresca y verde hierba. Además de ser un lugar que las grandes rapaces tienen como cazadero.
La construcción no puede ser más típica de la zona ya que los materiales son el adobe, las piedras y los chinos de río, aunque el paso de tiempo y la dejadez han hecho mella en ella.
Los montes entre los que se encuentra este maravilloso lugar son los de Ojuelo Alto y Ojuelo Bajo y conforman un pequeño pero precioso valle que puede ser recorrido, más bien andurreado, de punta a cabo porque lo atraviesa un camino público.
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