Pequeña, con el cuerpo como deprimido, de ojos saltones, grandes patas con respecto al cuerpo y larga cola, la lagartija ibérica (Podarcis hispanica) tiene una gran variedad de coloraciones y es relativamente abundante en Sierra Morena Oriental. Sobre todo observable en zonas rocosas, pedregales y muros viejos de los que abundan por Cardeña.
Las rocas y piedras entre las que vive le sirven de escondite no solo para refugiarse de sus abundantes depredadores, sino también para pasar desapercibida y poder dar caza a los invertebrados, insectos y otros pequeños animales de los que se alimenta.
La gran variedad de coloraciones y rasgos de su piel que tienen no solo lo es en distintos lugares y zonas donde habitan sino incluso entre individuos de una misma población. Realmente no se sabe el porque de esta variedad, aunque nosotros cada vez que las vemos comprobamos como suele mimetizarse bastante bien por los lugares en los que suele dejarse ver. Puede ser que esta variedad tuviese que ver con cierta propiedad de adaptarse a los terrenos de una forma muy flexible.
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