Un paseo por las orillas pedregosas del río Jándula, antes de su entrada en Andalucía, todavía en territorio castellano manchego, un lugar idílico pero donde los rigores de las crecidas de aguas se dejan sentir. Y allí aparece él, solo, amarillo intenso, delicado, y en medio de un autentico pedregal, se trata del narciso amarillo (Narcissus assoaunus).
Sus requerimientos no son muy exigentes como podemos comprobar y se suele dar en suelos con poca tierra, rocosos y calizos.
No solo su color amarillo es intenso, sino que también si acercamos la nariz notaremos un olor igualmente penetrante y característico. También se le conoce con los nombres de cazoleta o farolito. En cualquier caso es una delicada joya más que alberga esta zona limítrofe entre Andalucía y Castilla la Mancha, llamada Sierra Morena Oriental y que a nosotros nos gusta denominar Tierra de Linces... y de narcisos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario