De un tiempo a esta parte venimos comprobando como por estas nuestras Tierras de Linces observamos muchos gamos en nuestras salidas camperas, no es nada extraño el ver manadas de estos herbívoros en grandes fincas cinegéticas privadas y en montes públicos. Esta especie ha sido introducida en España con el único interes de que sirvan como trofeo de caza.
De igual forma que hemos visto como las observaciones de gamos aumentan hemos igualmente comprobado como las de corzo, especie autóctona, van mermando. Ello lo achacábamos a que estaban más recelosos, o se han vuelto más huidizos o simplemente que era cuestión de suerte.
Pero cuando nos ponemos a leer algo al respecto nos encontramos con la más que comprobada competencia que ambas especies tienen por la alimentación. Ambos prefieren ambientes boscosos con zonas adehesadas y claros donde crece las gramíneas y leguminosas.
En estos casos es evidente que el que sale perdiendo es el corzo, de menor tamaño y sin la impresionante cornamenta que exponen los gamos. Una vez más los intereses cinegéticos se imponen a la cordura y sensatez. A falta de intervención de las autoridades medioambientales lo único que puede salvar al corzo autóctono es que cuando esos mismos cazadores, que están provocando su desaparición, se den cuenta de ello, harán todo lo posible por salvarlo en Sierra Morena Oriental...para poder seguir matándolos, claro.
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