En la carretera que une Pozoblanco con Villanueva de Córdoba se encuentra un lugar de culto y peregrinación que merece la pena ser visitado no solo por cuestiones religiosas (los que así lo estimen conveniente) sino por la arquitectura y el paraje natural en el que se encuentra enclavado. Su romería se remonta a varios siglos de antiguedad y es seguida por miles de peregrinos.
Construido en el Siglo XIX presenta tres naves...
... y un crucero rematado en cúpula.
La entrada es porticada con columnas de granito, como no puede ser de otra forma en el Valle de los Pedroches, autóctono del batolito que cubre toda esta basta extensión de terreno.
La ermita se construyo para venerar a la imagen de la Virgen de Luna y no hay pocos "piques" entre "Tarugos" y "Jarotes" (de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba) por las distintas cuestiones que atañen todo lo que rodea a dicha imagen, romería, etc.
El lugar es de una belleza singular y se encuentra enclavado en medio de un mar de encinas que llegan hasta donde nuestra vista alcanza.
Por otro lado es sitio ideal no solo para pasar un día de campo en sus alrededores sino que podemos hacer varias rutas de senderismo de distinta intensidad, ya que hay caminos que conectan este lugar con distintas poblaciones del Valle de los Pedroches.
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