viernes, 20 de abril de 2012

La barbarie humana entierra la naturaleza


Esta es una pequeña historia de como una serpiente cualquiera es salvada de morir en un carril cualquiera. Pero si fuese solo esto no tendría mayor importancia. Lo verdaderamente lamentable es que esto ocurre en un Parque Natural, como el de Cardeña-Montoro, y pasa porque la mano del hombre lo estropea todo o casi todo. 
Se trata de un carril de bajada al Río Yeguas (Camino de Madereros), autentica joya de la naturaleza y vertebrador de este parque natural. Este camino estaba en unas condiciones perfectas para el senderismo, pero algo imperfectas para la circulación de vehículos a motor, cualquiera diría que es la situación ideal, ya que si lo que pretendemos es alterar lo menos posible el medio ambiente lo mejor es facilitar el paso de viandantes y restringir al máximo el de coches.
Bueno pues nos encontramos el año pasado con una obra de acondicionamiento de dicho carril en la que intevienen maquinaria pesada y pasan y repasan durante varios días. Causando entre otras muchas tragedias la que hoy os comento en este escrito, documentado ademas con un vídeo.
Además después de tan ingente obra la situación queda como os comento. A los peatones se les ponen infinidad de pegas por parte de los guardas de las fincas colindantes (inadmisible teniendo en cuenta que es un camino público 100%) y a los vehículos se les prohibe el paso. Las excusa será la de perturbar lo menos posible una zona de un valor incalculable. ¿Pero quien molesta más a nuestra querida naturaleza? ¿El senderista amante de vivir momentos inolvidables y soñar con ver el Lince, el Águila Real, Águila Imperial o simplemente ver los fantasticos paisajes que se nos muestran por estos parajes o los intereses cinegéticos de unos cuantos que quieren llegar en coche, bajarse, pegar cuarenta tiros y volverse a casa?

En fin que la historia en cuestión es que íbamos andando y nos encontramos con una serpiente, que parecía muerta, y realmente lo que estaba es aprisionada entre una cantidad ingente de piedras y tierra.




No nos lo pensamos dos veces y empezamos a desenterrar al animal. Al poco conseguimos que la cabeza asomara


Estaba llena de vitalidad, pero totalmente inmovilizada en su parte central.



El desenlace definitivo lo tenéis en este vídeo que valientemente yo pude realizar, mientras mi compare hacia la tarea más fácil, que era denterrarla totalmente. Todo ello con el consiguiente riesgo para el que graba las imágenes, labor que modestamente no me supuso ningún miedo. En cambio mi compare si que puso en riesgo a animal, ya que una picadura hubiese supuesto la muerte segura, por envenenamiento, de la serpiente claro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...