martes, 17 de abril de 2012

La Jara Blanca: el tallo verde y la flor rosa

La privamera nos obsequia por estas tierras fronterizas entre Castilla la Mancha y Andalucía con una planta tan bella, y breve en su floración, como es la Jara Blanca (Cistus albidus).

Se llama jara blanca o estepa porque su porte es muy bajito y sus hojas tiran al gris-blancuzco, dando desde lejos, con respecto al maquis de su alrededor, un color verde-blanquecino.
Tiene el color del tallo verde y su flor es rosa, sin embargo se llama jara blanca.




Tambien se le conoce con el nombre de estepa o jaguarzo, su flor es descaradamente grande y llamativa, con cinco pétalos rugosos de color rosa purpúreo y numerosos estambres amarillos.











Florece abundantemente en primavera y su flor solo dura un día, aunque son muy numerosas y se renuevan durante casi seis semanas.



Son muy querenciosas para las abejas que se impregnan abundantemente de su polen.








Forman parte de los matorrales y garrigas (formación vegetal baja, difícil de penetrar y constituida por arbustos resistentes a la sequía) que sustituyen a los encinares degradados. Desgraciadamente en el parque de Cardeña tenemos algunas zonas donde las encinas fueron intensamente eliminadas y es en estas donde aparecen estas plantas. Las laderas que dan al Río Yeguas son un ejemplo muy concreto.





Soportan perfectamente las temperaturas extremas, aguantan bien la sequía y no soportan una humedad excesiva.






Las hojas son de color gris blanquecino ovaladas y asperas.



El cazador (de fotos) cazado.


Posee distintas propiedades, aunque hoy es poco usado, se tomaba en jarabes para la tos, como linimento, alivio del dolor de estomago (tomada en infusión o sobre el mismo abdomen). En Argelia como té, resultando muy digestivo tras comidas pesadas. Y durante las epocas de escasez incluso como sucedáneo del tabaco (“er vizio no tié fin”).




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