Desde el pueblo de Fuencaliente (que bien merece una entrada, en este blog, para una próxima ocasión) y tomando la calle San Bernardo podemos acceder a un recorrido que podemos modular a nuestro gusto. Tanto si queremos una buena caminata, como un corto paseo, tenemos opciones para todo ello. Ya que dicho carril coincide con un largo recorrido que nos puede llevar hasta el Valle de Alcudia, concretamente a la Venta La Inés o bien desviarnos hacia "El Abuelo" (roble centenario).
Hoy concretamente os propongo un paseo de un par de horas por las faldas de la Sierra de la Serrezuela y que coincide con el Camino de San Marcos, también llamado Camino Real. Tras acceder al Fuencaliente y pasar por la plaza del Ayuntamiento, tenemos que coger la calle que lo bordea por su izquierda y subir hacia el final de dicha calle (es todo asfalto).
LLegamos hasta un área de descanso con el coche, si queremos, y podemos aparcar en las inmediaciones de la depuradora de aguas.
El lugar está acondicionado para poder sentarse a la sombra y degustar un buen bocata después del paseo, o antes, como se prefiera.
Ahí comenzará nuestra ruta, nos pertrechamos con las mochilas, los bocatas y bebida.
Nada más comenzar tenemos buenos ejemplares de alcornoque y bellas flores que nos inundan de colores distintos.
Las vistas son muy buenas y fotogénicas, de todas las sierras que rodean Fuencaliente.
En esta ocasión vemos alguna señales evidentes de que la garduña es habitante de estos bosques. Su "cagadita" es inconfundible ya que presenta forma de letra griega.
Los ejemplares de alcornoque alcanzan un porte considerable y en este caso aún más si lo comparamos con ese pobre "pinito" que parece estar pidiendo por favor que no me de un patadón. Cualquiera diría que es una pata de elefante (espero que esto no lo lea el Rey, ya que correría peligro el árbol)
Las señales blanca y roja (de largo recorrido) y las amarillas (corto recorrido) nos acompañan todo el camino, e incluso están originalmente pintadas sobre esta piedra. Emulando las numerosas pinturas rupestres que hay en esta zona.
Este alcornoque ya cumplió su función durante muchos años y ahora parece estar en su ocaso. Aún así ofrece una bella estampa.
Más colores y más privamera radiante (y no es en el Corte Inglés).
Los robles también abundan por estos parajes y ya lucen su color verde primavera-verano.
Para finalizar este alcornoque con forma de candelabro, que emula a los quejigos podados para aprovechamiento maderero.
La vuelta la podemos realizar cuando nuestras fuerzas empiecen a escasear o bien se nos apetezca parar y observar los numerosos cortados que conforman la sierra de la Serrezuela y que tienen gran cantidad de rapaces y buitres.
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