Desde nuestro querido rincón de Sierra Morena Oriental, en Azuel-Cardeña, solemos hacer incursiones en las cercanas llanuras de La Mancha y recientemente nos acercamos al Castillo de Calatrava la Vieja, a las orillas del Guadiana y sobre una pequeña colina que sobresale timidamente de las tierras que le rodean.
En el término municipal de Carrión de Calatrava se encuentra la antigua ciudad de Calatrava (Calatrava la Vieja) y constituia un paso obligado para ir desde Córdoba a Toledo formó parte de Al-Andalus y fue una de las primeras posesiones de la Orden del Temple una vez que pasó a manos cristianas.
El encontrarse en la confluencia del río Guadiana con el arroyo de Valdecañas, ese cerrete donde está construido le hace ser un lugar estratégico para controlar tan importante enclave histórico. Además las cercanías de los ríos y el complejo lagunar de las Tablas de Daimiel le hacía ser un sitio facilmente defendible.
Es un lugar rodeado de grandes llanuras esteparias, querenciosas para avutardas, sisones, alcaravanes, aguiluchos laguneros y cenizos y que merece la pena darse una vuelta de vez en cuando por allí y disfrutar de un entorno histórico y natural sin igual.
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