Se acaba el invierno, aunque no lo parezca, y llegará la primavera que se prevé que sea una autentica explosión de naturaleza gracias a las lluvias. Y es un buen momento para darse una vuelta por los sensacionales robledales que esconde Sierra Madrona.
Los tonos apagados de las hojas en el suelo, los árboles desnudos y con colores grises predominando por todas partes no parece que este bosque sea un vergel dentro de poco tiempo cuando broten de nuevo los robles melojos y se convierta en otro espectáculo natural, ni mejor ni peor que el invierno, simplemente distinto. Eso si con un colorido mucho más vistoso.
Tan solo las piedras recubiertas de líquenes dan unas tonalidades verdes que entre tanto gris se agradecen. Estos líquenes se mantendrán incluso durante el caluroso verano debido a la agradecida sombra que les van a proporcionar las hojas de los robles.
Son varios los robledales que hay por estas maravillosas sierras castellano manchegas, en este caso nuestro paseo lo hicimos por el de Las Hoyas, una buena caminata que volveremos a repetir cuando ya avanzada la primavera el tono verde se haya impuesto sobre el resto. Entonces tan solo veremos algunos "salpicados" de rosa intenso que serán de las peonías que crecen en estos parajes.
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