Un paseo por uno de los inmensos pinares que rodean Solana del Pino: en el suelo ramas secas, alguna que otra jara pringosa, poca vegetación en general, las agujas de pino que recubren la superficie y en medio de todo ello una piedra blanca llama nuestra atención.
¿Un trozo de marmol aquí? ¿Quien lo ha traído? ¿De donde ha salido?. Miramos por los alrededores a ver donde está la veta de piedra de donde se ha desgajado y evidentemente no encontramos nada que justifique su origen.
Lo ideal es colocarlos colgados de los arboles para que no pueda afectar a las raíces de los árboles con la disolución del producto. En algunos casos se utilizan para atraer a los animales y colocar un puesto donde hacer la espera.
En muchas zonas su utilización se hace de forma controlada, es lo ideal, y contribuye a la consolidación, mejora y expansión de especies que están en peligro. En este caso concreto y tratándose de la esta zona, está claro que su uso es solo y exclusivamente para fines cinegéticos, ya que estos montes son Coto Nacional de Caza. Y es que demos las vueltas que le demos la caza y los cazadores siempre aparecen en nuestras andanzas por Sierra Morena Oriental.
El respeto mutuo no me parece una mala opción.
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