En esta ocasión os proponemos uno de los rincones más bellos y singulares de toda esta zona. Se llama las Lastras y las Pinturas Rupestres de la Batanera. Se encuentran a unos diez kilómetros de Azuel dirección Fuencaliente, una vez pasado este nos encontramos, a la derecha de la carretera, unas indicaciones hacia las pinturas rupestres de Peña Escrita (las cuales visitaremos en otra ocasión). Tras un corto tramo de carretera asfaltada nos encontramos un campo de futbol que bordeamos por nuestra derecha y a unos cuantos cientos de metros aparece una indicación a nuestra izquierda que señaliza "Las Lastras". Aparcamos nuestro vehículo donde la señal y nos preparamos para una pequeña marcha de una hora de duración (aproximadamente en su ida y otra la vuelta).
Es bueno que llevemos algo de liquido y os recomiendo hacer la comida en tan bello paraje, para ello resulta indispensable una mochila y una buena espalda que la aguante (en este caso el engañado fue mi "cuñao" Cristobal).
A los pocos metros nos adentramos en un precioso bosque galería que abraza al rio que desciende desde el robledal de la cereceda.
Si hacemos la ruta en época de lluvias nos encontaremos con imágenes espectaculares de cascadas nada mas comenzar la ruta.
El agua nos acompaña durante todo el camino proporcionando un frescor que incluso se conserva durante los días más calurosos del estío.
Los helechales son de un tamaño considerable como podéis observar.
Estos parajes son usados por los convecinos para darse refrescantes chapuzones en sus frescas aguas e incluso hacer "rafting" por sus toboganes naturales. Nada aconsejable el deslizarse por las piedras debido a lo peligroso, aunque si recomendamos el bañarnos en sus cristalinas pozas.
Aproximadamente a los 45 minutos de iniciada la marcha nos topamos con una pared sobre la que cae una hermosa cascada. Dicha pared hay que subirla por un claro sendero que sale cruzando el río a nuestra izquierda y en unos metros estamos sobre la vertical de dicha cascada.
En ella disfrutaremos de unas bellas vistas.
Una vez arriba cruzaremos el río otra vez y llegamos a la pinturas rupestres de la Batanera, uno de los muchos restos prehistóricos que hay por estos parajes. Vemos, leemos y aprendemos un rato para despues apurar las buenas viandas y volver por nuestros pasos.
Eso si os aconsejamos que cuando bajéis al río otra vez, para iniciar la vuelta, os detengáis sobre la base de la cascada y veáis el salto de agua desde abajo. Inmortalizar esta imagen en vuestra retina ya que no son muchas las oportunidades de estar en un lugar tan bonito como este.
Muy bonito, saludos desde Fuencaliente
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