Ahora que ya están regresando las grullas a sus lugares de cría os dejo aquí una entrada sobre estas hermosas y ruidosas zancudas que visitan cada año el Valle de Los Pedroches en busca de dehesas de encinas y senbrados donde poder alimentarse y tener un mínimo de tranquilidad. Son fáciles de observar y una marvilla el escuchar el trompeteo cuando se mueven de un lugar a otro. Os propongo una ruta muy fácil de hacer y en la que se pueden observar muchísimas grullas si vamos con tranquilidad y sin hacer mucho ruido, tan solo con un vehículo que no sea muy bajo y teniendo en cuenta las lluvias que hayan podido haber recientemente para no encontrarnos con balsas de agua que impidan el paso de nuestro turismo.
Comenzaremos la ruta en la carretera que conecta el Guijo con Hinojosa del Duque cruzaremos un puente sobre el río Guadamatilla y a mano derecha inmediatamente nos sale un carril que es donde comienza nuestra ruta grullera. Ya ahí podremos escucharlas y verlas sobrevolando los alrededores.
En el carril hay que ir despacio y atentos a las dehesas y sembrados cercanos ya que suele haber familias que constituyen normalmente dos adultos y una cría del año.
Nos saldrán algunos cruces pero todos bien señalizados hacia el pantano de La Colada.
A unos 7 kilómetros hay un cruce que hacia la derecha bajaremos al embalse y a la izquierda tomaremos el camino hacia Belalcazar e Hinojosa del Duque. En primer lugar recomiendo ir hacia el embalse.
En el mismo podremos ver sin lugar a dudas no solo grullas sino otras aves propias de zonas lacustres, y además antes de llegar al mismo a nuestra derecha y bajando una pronunciada cuesta nos indicará un merendero a sus orillas que es un buen oteadero.
Después de visitar la zona de la presa volveremos sobre nuestros pasos hacia la cañada Real de la Mesta, no hay que olvidar que esta zona ha sido historicamente utilizada por los ganaderos para la transhumancia desde el norte de la Península hacia el Valle de los Pedroches y el vecino Valle de Alcudia a aprovechar sus ricos pastos.
Grandes cortijadas con enormes corrales son vestigios de un pasado ganadero mucho más glorioso que el presente.
Las vistas de las grullas con la Sierra de Santa Eufemia detrás son una delicia.
Debemos de hacer constantes paradas en zonas altas y andurrear un poco ya que así descubriremos más grupos de grullas.
Este carril puede llegar hasta Belalcazar, pero nosotro hoy nos desviaremos un poco antes de una cortijada con numerosos nidos de cigueña en unos eucaliptos, cruzaremos un pequeño arroyo y enfilaremos un carril que nos llevará directamente hasta Hinojosa del Duque.
Esos sembrados que te encontrás inmediatamente son muy buenos, al igual que una pequeña dehesa que aparece a los pocos kilómetros.
Alguna charca es aprovechada por la cigueñas y nos permiten hacer esta curiosa foto.
Así llegaremos hasta Hinojosa del Duque, donde podemos visitar su "Catedral de los Pedroches" y continuar camino hacia el área recreativa La Zarza, a unos 12 kilómetros de la población. Alli nos encontraremos con las puertas cerradas para todo, pero la zona es un verdadero y espectacular colofón para una jornada pajarera en busca de grullas.
Al caer la tarde veremos como cientos de grullas se mueven de un lugar a otro en busca de sus dormideros junto a la laguna que allí existe. Debemos de ser cuidadosos y no salirnos del pequeño carril asfaltado ya que son muy recelosas.
En este vídeo podéis comprobar la espectacularidad de la zona y es que por cualquier lado aparecen bandos llegando y saliendo. Una maravilla de esta zona del Valle de los Pedroches que debería de estar bien señalizada y protegida para que los amantes de la ornitología puedan disfrutar de este espectáculo. Y aunque aquí solo nos hemos centrado en las grullas no hay que dejar de prestar atención a multitud de otras especies y sobre todo rapaces y otras aves esteparias que podremos observar
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