Con las primeras aguas del otoño podemos observar como aparece el Crocus serotinus o azafrán de otoño.
Hay que diferenciarlo del azafrán serrano (Crocus carpetanus) que anuncia la primavera. Y ambos son parientes del Crocus sativus del que se obtiene el azafrán comestible.
Crece de un bulbo subterráneo que le sirve de sustento durante los largos períodos de sequía.
Los pétalos son blancos y rosado y a pesar de su belleza hay que tener cuidado con ingerirlos ya que poseen una sustancia alcaloide que la hace tóxica.
Estas fotos fueron tomadas en las riberas del río Montoro tras las primeras lluvias de finales de septiembre, concretamente en los alrededores de la garganta de dicho río.
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