Sierra Morena Oriental y Sierra Madrona son zonas con ríos no muy grandes pero con multitud de arroyos que desembocan en su mayoría en el Yeguas o el Jándula. Tras una época de sequía casi extrema en la que hemos tenido un otoño-invierno pasado con poquísimas precipitaciones y un verano muy caluroso nuestros cauces estaban secos y mustios.
Las precipitaciones caídas la semana pasada de unos 80-100 litros, ha propiciado el que el agua vuelva a correr.
El agua es vida y nos llena de alegría el comprobar como esos pequeños arroyos van corriendo, todavía timidamente, por nuestras serranías.
El pasado fin de semana estuvimos por la zona de Ventillas, Solana del Pino, río Montoro y comprobamos como estas primeras lluvias han conseguido calmar la sed de estas tierras.
El Montoro lleva poco corriente, pero hace tan solo una semana daba auténtica pena verlo.
Anatidas, garzas reales e imperiales, grullas, y demás aves invernantes podrán, si siguen las lluvias, pasar un invierno más por estas latitudes.
Cuando corre el agua debemos de ser conscientes de que la vida fluye, cuidemos nuestros ríos, no desperdiciemos el liquido elemento y podremos seguir disfrutando de la inmensidad natural que nos rodea.
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