En la carretera que discurre entre Andujar y Puertollano, poco antes del cruce con Solana del Pino, nos encontramos otro que nos lleva primero a Solanilla del Tamaral y luego (en otro cruce junto a la Hoz de Montoro) que conduce hasta El Hoyo.
Ya desde este cruce se vislumbra la hoz del río jandula, justo antes de entrar en Andalucía.
La carretera discurre junto a unas buenas peñas para la observación de aves, sobre todo buitres leonados.
A los pocos kilometros nos encontramos un puente que cruza el río Jándula, es ahí donde debemos de dejarlo (bien antes o despues de cruzarlo) y comenzar a andar hacia la hoz. Podemos hacerlo tanto por una orilla, como por la otra, en ningun caso hay sendero marcado. Debemos de hacerlo por los pequeños pasos de animales que nos marcan el camino, y siempre en paralelo al río.
Antes de adentrarnos en la hoz el río nos muestra algunas estampas que para nada anuncian lo que luego nos vendrá.
La rana parece mirarnos con incredulidad: ¿A donde irán estos chalaos?
El camino es un tanto dificultoso por la falta de sendero, pero nuestras ganas por ver nos ayudan a proseguir el camino. El curso del río está muy crecido por la buena época de lluvias.
En sus orillas se pueden apreciar bastantes huellas de nutrias, zorros, venados, corzos y jabalíes con sus características hozadas. En el cielo se dejan ver innumerables buitres leonados que a buen seguro tienen en estas escarpadas paredes su morada.
El encajonamiento del río se hace patente y las imágenes que se nos muestran no pueden ser más bellas.
Elegir un buen restaurante con una variada carta y esplendidas vistas resulta fundamental para un buen día de campo.
El camino se vuelve un tanto dificultoso y mi compare y yo decidimos imitar a las cabras montesas y adentrarnos un poco más en la hoz para hacer unas cuantas fotos más, e inmortalizarnos en dicho paraje.
Finalizamos la jornada con la firme promesa de volver a tan bonito paraje.
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