Bajada al Río Yeguas por la Vegueta del Fresno, Cardeña

Nos disponemos a realizar un paseo por La Vegueta del Fresno, sendero que necesita de previa autorización (la cual la proporcionan incluso via correo electrónico y sin más problemas). Para ello nos desplazamos hasta la bonita y singular Aldea del Cerezo, pedanía situada a unos kilómetros  de Cardeña y a la que se accede por un cómodo carril.

La bajada se inicia en un camino a la derecha, tal como llegamos, antes de  entrar en la Aldea y continua hacia abajo hasta que aparece una cancela con un cartel anunciador. Hacía frio y podía caernos algún que otro chaparrón, pero nos arriesgamos a patearnos el campo.
El camino discurre al principio por encinares y junto a un bonito arroyo que nos acompañará hasta su desembocadura en el Yeguas.

Las vistas de Sierra Morena son impresionantes y evocan la famosa frase de "las soledades de Sierra Morena".

El camino es "cuesta abajo" por lo que debemos de guardar fuerzas para la vuelta que se prevee más costosa que la ida.
El hábitat es ideal para la supervivencia de especies muy protegidas y casi exclusivas de esta zona como el lince ibérico, el águila imperial y el águila real, por lo que no debemos de alterar absolutamente nada de lo que veamos, así como guardar el mayor silencio posible.

  Tambien es habitual la observación de otros animales como ciervos y jabalíes (sus hozadas en el suelo son frecuentes) y si estamos atentos al cielo a buen seguro que veremos algunos ejemplares de buitres negros y leonados, así como la imperial y la real. Rabilargos, urracas y multitud de paseriformes con sus cantos forman un conjunto de sonido inigualable.

Cuando llevamos aproximadamente una hora de marcha se nos aparece abajo y al fondo el río en todo su explendor, va bien cargado de agua debido a las fuertes lluvias recientes. En el mismo se pueden apreciar huellas de nutria y alguna que otra "bala azul" (martín pescador) nos sorprende gratamente mientras nos refrescamos.

Ver las formas de las piedras que la erosión a lo largo de miles de años, la infinidad de cantos que aparecen en su cauce y como algún que otro "alimalito de dio" se prepara para su baño diario.

La vuelta la podemos hacer bien por el mismo carril que nos ha traído o por un nuevo sendero abierto recientemente que sale a nuestra derecha y que hace una ruta circular por medio de un bonito pinar y que desemboca más arriba en el camino principal. Merece la pena hacerlo por las bonitas vistas que se tiene desde una loma.
El recorrido puede durar lo que nosotros queramos y el cuerpo nos permita. Os recomiendo que lo hagáis sin prisas para poder impregnaros de excelentes vistas y magníficos parajes de lo más recóndito de Sierra Morena.