La ruta que va desde la presa del Encinarejo, en el río Jándula, hasta el Santuario de la Virgen de la Cabeza es una oportunidad más de conocer una parte importante de el Parque Natural de la Sierra de Andujar. Es más nos adentra en zonas de gran riqueza donde el águila imperial y el lince ibérico se esconden en lo más profundo del bosque mediterráneo.
A medio camino entre Andujar y el Cerro del Cabezo, en la carretera que va hacia Puertollano, se encuentra el puente sobre el río Jándula e inmediatamente que lo crucemos debemos de girar hacia nuestra derecha, pasaremos un área recreativa y al final del carril se encuentra la presa del Encinarejo. Un poco antes está el comienzo del sendero que nos conduce hasta el Santuario.
De forma inmedita comenzaremos una subida que por momentos será un tanto dura ya que no olvidemos que iremos desde el fondo del valle del río Jándula hasta la cota más alta de estos alrededores, el Cerro del Cabezo.
El granito y el monte mediterráneo es una conjunción perfecta y habitat ideal del lince ibérico, por lo que es habitual que veamos muestras de heces de este escaso felino, e incluso si la suerte nos acompaña podríamos verlo como se cruza en nuestro caminar.
El sendero se encuentra perfectamente señalizado y coincide con el de gran recorrido por toda Sierra Morena.
Los pinares de repoblación nos acompañarán durante casi todo el recorrido.
Conforme subimos tendremos vistas al otro lado del río jándula y veremos perfectamente el carril de La Lancha, que conduce hasta el pantano del Jándula.
Después de subir un buen repecho por un cortafuegos llegaremos hasta una cancela mediante la que salimos de la finca estatal por la que vamos circulando, esta nos dará paso a un sendero que va paralelo a la carretera que conduce al Santuario.
Al poco veremos el letrero que nos anuncia que deberemos de cruzar la carretera y entrar en el área recreativa el Jabalí, buen lugar para aprovisionarnos de agua y descansar un rato a la sombra antes de afrontar el último tramo de la ruta.
Justo por detrás de la figura de piedra del jabalí se encuentra un letrero y el comienzo del sendero que va desde este área recreativa hasta el Santuario.
Se trata de una vereda en constante subida.
Durante la primavera los narcisos adornarán el camino.
Al poco veremos unas ruinas de un antiguo refugio por el que deberemos de pasar después de cruzar un carril propiedad de la finca del estado Lugar Nuevo.
Al cruzar dicho carril debemos de estar atentos a la señalización ya que deberemos de tomar la dirección hacia abajo, durante unos cuantos metros, antes de volver a comenzar a subir por el sendero hasta esas ruinas vistas anteriormente.
Las vistas del cerro con el Santuario culminándolo estarán cada vez más cerca.
Entraremos en un carril que da a unos pinares donde se alojan los miles de peregrinos que acuden cada último fin de semana de abril a la famosa romería.
Y ya practicamente nos quedará subir un último repecho por el poblado anexo al Santuario y llegaremos hasta el mismo donde, además de las connotaciones religiosas del lugar, podremos disfrutar de unas vistas maravillosas.
En total han sido unas dos horas y media de camino en constante subida y será el mismo que tendremos que tomar de bajada a no ser que hayamos previsto un coche que nos devuelva al lugar de partida.
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