No es muy frecuente en Sierra Morena Oriental y se encuentra asociado a cursos fluviales con buenos sotobosques, por ello sus mejores lugares son los ríos Yeguas, Jándula y el Montoro a su paso por Sierra Madrona donde encuentran lugares frescos y bien protegidos por la vegetación abundante.
Se trata de una pequeña y redondita bola de plumas pardorojizas y un característico barrado, además de su cola erguida que lo hacen inconfundible, si tenemos la suerte de poder verlo. Ya que a pesar de ser residente en estas sierras no resulta sencillo el observarlo.
En época de celo se dedica casi integramente a construir nidos que hace visitar a varias hembras, pudiendo relacionarse con varias de ellas a las que defiende ardorosamente de los posibles conquistadores.
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