Los caminos que van y vienen del Santuario de la Virgen de la Cabeza son unas magníficas vías para los amantes del senderismo en Sierra Morena y no solo pueden ser utilizados por los amigos que sienten gran devoción por la romería que se celebra todos los años y a la que acuden miles de personas. Desde Marmolejo existe un camino público que cruza por lugares de gran interés paisajistico y naturalista que nos lleva hasta "el cabezo", son más de 30 kilómetros los que separan un lugar de otro y por ello os propongo que lo hagamos en dos partes y sin necesidad de vehículo de apoyo.
La primera parte de la ruta sería partiendo desde el precioso puente que cruza el Guadalquivir en Marmolejo y una vez que lo crucemos, dirección Cardeña, a nuestra derecha sale una pista que sube hacia la sierra.
Comenzaremos una lenta y constante subida que nos irá ofreciendo bonitas vistas de gran parte del valle del Guadalquivir. El camino está perfectamente señalizado y no tiene perdida posible, podemos seguir la pista y en ocasiones nos desviarán por un sendero que al final sale a esta pista.
La primera parada se puede hacer en un area recreativa que nos aparece y que tiene bancos, sillas y sobre todo espectaculares vistas. Se trata del mirador de Las Majadillas, llevaremos unos 6 kilómetros de marcha.
Seguimos hacia arriba y otra parada es cuando en una curva a la derecha presenciemos allá abajo el embalse del río Yeguas, otro de los vertebradores de esta zona de Sierra Morena junto con el Jándula.
Cuando se acaba la subida veremos un letrero que nos señala hacia La Aliseda, y unos metros más adelante en esa dirección aparece una cancela grande cerrada que tiene en la izquierda otra más pequeña para los peatones. Es por ahí por donde entraremos en el Parque Natural de la Sierra de Andujar.
Un carril a la derecha, y en bajada, una vez pasada la cancela es la dirección que debemos tomar.
Estamos en un lugar privilegiado, el monte mediterraneo se nos muestra en todo su esplendor y además esta zona es refugio de animales tan escasos como el lince ibérico, el lobo, el águila imperial, etc. Es un autentico placer poder pasear por estos lugares y por ello debemos de ser concientes de lo delicado que es este ecosistema y que no debemos de alterar con nuestros gritos la paz que se respira.
Al terminar la pronunciada bajada podemos hacer otra parada para observar como el río Jándula serpentea allá abajo en su inexorable caminar hacia el Guadalquivir.
Subiremos y baremos pequeñas lomas por un ancho carril en el que de vez en cuando podrá pasar algún coche de los guardas de esta finca que pertenece al estado y que se llama Lugar Nuevo.
Otra cosa que nos llama la atención y es la gran cantidad de ungulados que veremos, si vamos un poco en silencio, y es que la caza es uno de los aprovechamientos que se hacen de estas tierras. Es más, desgraciadamente, es el principal y al que se dedican en cuerpo y alma todos los grandes latifundios que rodean estas sierras.
Encinas, alcornoques, pinos, madroños, jaras, lentiscos, son el refugio de una gran variedad de animales, que si bien no podemos ver si que se pueden oir e incluso observar sus huellas, deposiciones, etc que harán que el camino sea todavía más bonito y entretenido.
Debemos de aprovisionarnos bien de agua ya que durante todo el camino no existen fuentes donde poder recargar nuestras botellas. Y hay que evitar los meses donde el calor suele ser sofocante. Por ello la primavera, invierno y el otoño son las mejores fechas. Y evitar las cercanas a la romería ya que el trasiego de peregrinos y vehículos rompen el sosiego que rodean estos lares.
Otra imagen impactante es cuando se nos aparece enfrente y a lo lejos el Santuario de la Virgen de la Cabeza, encima del Cerro del Cabezo y rodeado de tanta naturaleza.
Son varios los cruces de caminos que veremos pero están todos perfectamente señalizados y nos indicarán la dirección a seguir para los senderistas.
En un momento determinado la pista será sustituida por un sendero en ascenso y por el que andaremos entre las sombras de numerosos pinos de repoblación.
El camino se estrecha y se encajona producto de las aguas de lluvia que erosionan el terreno que ya de por si se encuentra bastante marcado por el paso de peregrinos y cicloturistas que hacen el camino hacia la ermita.
Otra cancela nos aparece frente a nosotros, las marcas rojas y blancas nos indican que estamos en el camino adecuado. Abriremos y cerraremos y seguiremos subiendo otro tramo, corto, hasta llegar a un carril.
Tomaremos ese carril hacia la derecha y podemos seguir unos cientos de metros más adelante hasta un pequeño collado desde el que disfrutaremos de nuevas vistas.
El lugar es un buen exponente de estas sierras y querencioso para el escaso lince ibérico. Podemos buscar una buena piedra donde sentarnos, degustar las viandas que llevemos y recuperar fuerzas para la vuelta. Son aproximadamente 15 kilómetros los que habremos recorrido y es hora de dar la vuelta hasta el comienzo de la ruta.
Sierra Madrona se nos aparecerá al fondo de nuestra vista y es la continuación de esta inmensidad que se dio en llamar como las "soledades de Sierra Morena".
La vuelta la hacemos por el mismo camino y habremos realizado más de la mitad del sendero que nos lleva hasta la Virgen de la Cabeza. El otro trayecto que nos queda tendremos que hacerlo desde la misma ermita hasta este punto. Serán otros aproximadamente 9 kilómetros que relataremos en otra entrada. Esta es la forma en la que sin la necesidad de coche de apoyo podemos hacer este recorrido. Otra opción mas cómoda es la de llegar con nuestro vehículo por la pista que nos conduce desde Marmolejo hasta la entrada de La Aliseda y dejar el coche allí. En este caso tan solo tendríamos que andar unos 9 kilómetros. Cualquiera de las opciones es buena y nos hará disfrutar de una zona muy frecuentada por peregrinos y a la vez muy desconocida y solitaria.
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