Una práctica cada vez más extendida es la de crear refugios artificiales para murciélagos y es agradable comprobar como en diversos robledales de Sierra Madrona esta practica se está llevando a cabo. El sistema que se utiliza es muy similar a la de una caseta para pequeños pájaros pero hay que tener en cuenta determinadas características muy específicas y necesarias para que sean efectivas en esta especie.
Están puestos a una altura considerable, unos 4-5 metros, para evitar en la medida de lo posible que sean molestados por otras especies de animales, sobre todo los de dos patas. Bajo ningún concepto debemos de acercarnos o tocar estas cajas ya que es durante el día cuando descansan los murciélagos.
Son de un material rugoso (creo que es algo parecido al hormigón) y se hace así para que el animal pueda aferrarse a la superficie y poder adoptar su postura típica boca abajo.
El lugar debe estar despejado de ramas anexas para facilitar el acceso y que no se golpeen con ellas, por ello estos están fijados directamente sobre el tronco y en una zona limpia. El lugar sombreado preferentemente, y a salvo de inclemencias meteorológicas.
Se coloca en estos robledales y pinares de Sierra Madrona ya que son lugares donde existen pocos árboles viejos donde poder alojarse ya que la extracción de madera que de forma regular se realiza lo impide. Una vez más nos encontramos con una adaptación artificial que beneficia a nuestra fauna autóctona y que no impide que se realicen otras actividades que generan un beneficio económico para la zona.
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