martes, 17 de julio de 2012

El Galapago Leproso (Mauremys leprosa)

En nuestros paseos habituales por el río Yeguas solemos comprobar como aparece galápagos que ante el menor síntoma de peligro se lanzan raudos y veloces al agua. En esta ocasión sorprendimos a un ejemplar tomando el sol y pudimos "retratarlo" para la posteridad.
El galápago leproso es de tamaño medio y su longitud puede alcanzar hasta los 23 centímetros de longitud. Su caparazón es marrón con zonas verdosas y alguna mancha amarillenta.


Vive cerca  o en  cursos de agua, pero a veces toman el sol y descansan en sus orillas, ya que como tienen sangre fría, necesitan de estos baños de sol para regular su temperatura.


Aunque aquí no lo parezca son excelente nadadores y engullen  todo tipo de alimentos, son omnívoras y aunque no tienen dientes hay que tener cuidado de que te puedan dar un mordisco, ya que pueden hacer verdadero daño. Lo mejor es dejarlas tranquilas, que ya de por si lo son, y "afotarlas" si se dejan.



 Durante la época fría suelen hibernar y dejan de comer y defecar, prácticamente no se mueven y su respiración disminuye bastante.


Se suelen ver en todos los cauces más o menos regulares de Sierra Morena Oriental, aunque normalmente antes de verlas escuchamos como se zambulle alocadamente en el río ya que es ella la que nos ha localizado y logicamente huye del mayor enemigo natural de todas estas sierras: un bicho llamado humano.



martes, 10 de julio de 2012

"El abuelo": un roble centenario

Un buen paseo por el camino de San Marcos, Fuencaliente,  si lo prolongamos hasta Peña Rodrigo nos dará de bruces con un esplendido ejemplar de Roble Melojo: "El Abuelo". Para que engañaros más que un paseo es una buena caminata de varias horas las que hacen falta para llegar, pero merece la pena.


Crecen normalmente por encima de los 800-900 metros y en algunas ocasiones alcanzan un porte tan majestuoso como este ejemplar que se encuentra en medio de una pedrera en plena Sierra Morena Oriental.



Aquí vemos lo insignificante que es el ser humano comparado con la naturaleza desbordante de este hermoso ejemplar de roble melojo.



Parece mentira que pedregales tan inhóspitos como este puedan dar lugar este maravilloso robledal y concretamente a un ejemplar tan maravilloso como "el abuelo".



Su edad es sin duda superior al centenario, pero sinceramente no se deciros cuanto puede tener, pero lo que si da es respeto, mucho respeto por este verdadero abuelo natural que debemos de conservar otros tantos años,por lo menos,  como los que ha vivido.




viernes, 6 de julio de 2012

Abejarucos (Meros apiaster): el color del verano

Si  hablamos de un ave que tenga unos colores vistosos que nos visita todos los años durante la primavera y el verano y que su sonido sea inconfundible, no puede ser otra que el abejaruco (Meros apiaster).
De hecho un estudio demostró que todos los colores están representados en su plumaje excepto el rojo que lo hace en el iris de su ojo. El azul, verde, canela, amarillo, negro y un pico perfectamente diseñado para cazar insectos lo hacen inconfundible.



Su vista llega a localizar una abeja a 20 metros, desde su posadero, para lanzarse sobre ella y atravesarla con su pico punzante.
No desprecia ningún insecto pero prefiere las abejas, a las que después de cazarlas las golpea hasta que sueltan el aguijón y solo entonces lo engulle.



Vive en zonas abiertas: cultivos, pastizales, con vegetación dispersa; que tengan cortados en los que puede anidar tras hacer un agujero en dicha pared. El agujero puede llegar a tener dos metros y al final hay un hueco donde pone de 4 a seis huevos blancos.




Es un ave gregaria y sociable. Suele posarse a descansar en los cables de tendido eléctrico, casi nunca en el suelo. Posee un vuelo acrobático, con aleteos rápidos y planeos. Aquí podéis observar en un vídeo sus movimientos.


martes, 3 de julio de 2012

El Buitre Leonado: sobran los enterradores

La labor sanitaria que realizan estos necrófagos no será nunca lo suficientemente valorada, estos "pajarracos" se encargan de limpiar estas tierras de Sierra Morena Oriental de  cadáveres de otros animales.
El buitre leonado (Gips fulvus) está presente en casi todas las paredes rocosas de estas sierras y son facilmente visibles por cualquier observador de aves.


Son los primos menores del buitre negro y su envergadura puede llegar a superar los dos metros y medio.


Su presencia se nota a distancia por ver las paredes llenas de sus deyecciones blancuzcas.




Las plumas son de color ocre o canelo y de ahí el apelativo de "leonado"



Al contrario de los buitres negros que anidan en arboles, estos prefieren las piedras y aprovechan los salientes en los cortados para sacar adelante su pollada.


En estas tierras tenemos la suerte de poder verlos junto a los buitres negros, incluso posados en el suelo.



La mala imagen que tiene la sociedad de estos animales no corresponde con la impresionante labor que realizan, no estaría de más que las autoridades mejorasen bastante la normativa que regula el poder darles la carroña. En vez de poner impedimentos a los ganaderos para facilitar el deshacerse del ganado muerto habría que ayudarlos para que se consigan dos objetivos facilmente alcanzables: eliminación de carroña y alimentación de aves. ¿Tan difícil resulta?





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