Si hablamos de un ave que tenga unos colores vistosos que nos visita todos los años durante la primavera y el verano y que su sonido sea inconfundible, no puede ser otra que el abejaruco (Meros apiaster).
De hecho un estudio demostró que todos los colores están representados en su plumaje excepto el rojo que lo hace en el iris de su ojo. El azul, verde, canela, amarillo, negro y un pico perfectamente diseñado para cazar insectos lo hacen inconfundible.
Su vista llega a localizar una abeja a 20 metros, desde su posadero, para lanzarse sobre ella y atravesarla con su pico punzante.
No desprecia ningún insecto pero prefiere las abejas, a las que después de cazarlas las golpea hasta que sueltan el aguijón y solo entonces lo engulle.
Vive en zonas abiertas: cultivos, pastizales, con vegetación dispersa; que tengan cortados en los que puede anidar tras hacer un agujero en dicha pared. El agujero puede llegar a tener dos metros y al final hay un hueco donde pone de 4 a seis huevos blancos.
Es un ave gregaria y sociable. Suele posarse a descansar en los cables de tendido eléctrico, casi nunca en el suelo. Posee un vuelo acrobático, con aleteos rápidos y planeos. Aquí podéis observar en un vídeo sus movimientos.
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