Con la llegada del otoño los rosales silvestres dan su frutos en forma de escaramujo ovoide, carnoso y rojo carmesí. LLaman mucho la atención por el rojo tan intenso que contrasta con los colores propios de la estación que les rodean. Estos rosales son fácil de localizar sobre todo en las lindes de los arroyos.
Los escaramujos frescos se utilizan en mermeladas, confituras y vinos.
Así mismo se utiliza para dar sabor y aroma a medicamentos, cremas, etc en farmacia y perfumería.
Y por último se aprovecha para la fabricación de miel rosada o rodomiel y algún que otro vino medicinal.
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