Esta última berrea ha sido corta pero intensa y nos ha dejado algún que otro lance curioso y divertido. Y este que os mostramos puede ser uno de ellos. Nos encontrábamos oteando el campo para ver si conseguíamos divisar al responsable de algunos bramidos que retaban a los machos de la zona para competir por las hembras.
De pronto ante nuestra sorpresa nos aparece en un claro este señorito, con pinta de chulapón madrileño, pero con la diferencia de que el clavel "rebentón" no lo llevaba en la solapa, sino que, como cosido a la boca, lleva una especie de flor.
Está claro que en tiempo de berrea, un joven y apuesto macho con una flor en la boca no puede ir a otro sitio que a intentar conquistar a una bella cierva.
Quedose mirando durante breves instantes pero al momento debería de pensar que llegaba tarde a la cita y emprendió veloz carrera para no decepcionar a la dama. Y es que en estas tierras de Don Quijote hasta algunos ciervos tienen otro estilo a la hora de conquistar a las señoritas.
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