Sierra Morena Oriental y la contigua Sierra Madrona son zonas muy querenciosas para la tórtola común y ello es ampliamente conocido entre los cazadores de toda España. No en vano son múltiples los cotos existentes y las escopetas que vienen de todos los rincones. Esta temporada ya he escuchado muchas veces la poca cacería que este año ahí del ave en cuestión, y el desconocimiento del porque de tan poco "bicho".
La tórtola busca terrenos tranquilos y abiertos como encinares, zonas de cultivo y agua próxima a ellos. Blanco y en botella, nuestra zona es un autentico vergel en este sentido, tenemos miles de hectareas de encinares, cultivos de cereales y buenas charcas donde satisfacer las necesidades de agua. Ello a dado lugar a los increibles bandos de miles de tórtolas que tenemos la ocasión de ver años atrás, pero si es verdad que esta temporada dichas concentraciones se nos han hecho extrañamente pequeñas. Si la multitud de escopetas rompen la tranquilidad y la sequía disminuye los cultivos y las charcas...
Ahora nos encontramos con las quejas de los cazadores y debemos de preguntar que está pasando. Puede ser que la sequía influya notablemente, no me cabe la menor duda, pero estos colectivos cinegéticos también deberían de hacer autocrítica y analizar la cantidad de escopetas que hay en el campo, los pocos escrúpulos de algunos, el desinterés de las distintas administraciones y la falta de una verdadera gestión para armonizar el negocio de la caza con la ecología.
Seguir haciendo oídos sordos a la naturaleza es seguir cavando el final de las actividades cinegéticas. Los ecologistas nos somos amantes de las escopetas pero aún más lo seremos si los "escopeteros" no son capaces de analizar profundamente el porque de la disminución de la caza.
Lo de las tórtolas comunes es simplemente un ejemplo más.
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