En nuestros constantes paseos camperos por Sierra Morena Oriental solemos observar como existen grandes manchas de pino piñonero, Pinus pinea, que como su nombre indica produce grandes cantidades de grandes piñones. Este árbol es poco exigente aunque prefiere los suelos arenosos, profundos y frescos. Casi ninguno de estos pinares son autóctono, salvo alguno de Sierra Madrona, y son debido a grandes repoblaciones que se realizaron desde los años 1940 hasta 1980 aproximadamente, en una más que errónea política de sustitución de bosque mediterráneo.
Estos pinos presentan una copa redondeada y en forma de sombrilla y sus grandes raíces han servido para evitar el arrastre de tierra hacia los embalses de los ríos Yeguas y Jándula. Aunque realmente se han convertido en auténticos desiertos verdes que están siendo clareados convenientemente para volver a su original vegetación mediterránea.
Aunque también es cierto que estos pinos piñoneros son rentables en la extracción de su fruto, y por cada 100 kilos de piñas se pueden llegar a sacar entre 15-25 kgs de piñones que son utilizados para reposteria, salsas, guarniciones, etc.
Y existe toda una industria que vive de la extracción del piñon. Esta consiste en coger las piñas, secarlas, separarlos de las braceas y del corazón de la piña, se descacaran, se apartan los defectuosos y finalmente se le quitan las capas marrones para dejarlo blanco. Con ello queremos llamar la atención sobre lo que también puede significar el eliminar todos y cada uno de los bosques de pinos sin tener en cuenta el valor añadido que algunas manchas boscosas pueden tener en la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario