Camufladas y olvidadas entre las dehesas de encinas tenemos cientos de canteras de granito que han servido para la construcción de bebederos, comederos, lavaderos, techos, suelos, puertas, ventanas, postes, vallas, pozos, zahurdas, chimeneas, hornos,mesas, asientos, escalones y un largo etcetera que no tiene fin ya que por las tierras de Cardeña el material que da la tierra es el que más se ha utilizado y de forma muy económica a lo largo de la historia.
Para llevar a cabo este inmenso trabajo existían, y no se si aún persiste algún que otra, persona dedicada al noble oficio de pulir esos "lomos de ballenas" y transformarlo en delicadas piezas de museo natural que conforman nuestra peculiar geografía.
Pocos son los lugares en los que podemos recrearnos con tanta y tan variadas formas de tratar el granito y creo que nos merecemos que desde la Administración se lleve a cabo una apuesta por reconocer los monumentos naturales que conforman las canteras ya usadas para dar otro uso a un mar de "pieras" que conforman el batolito de los pedroches. El habilitar una cantera de granito, señalizarla, hacer un sendero por ella, paneles explicando el porque, el como, el quien realizaba esos trabajo, el situar algunos objetos característicos... en definitiva poner en valor un material que tanto nos identifica. No creo que cueste tanto.
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