Ahora que comienzan las lluvias a mojar nuestra tierra recuerdo hace ya unos años, la primera vez que baje hasta el río Yeguas, justamente fue por la Vegueta del Fresno, que la sensación de río sosegado que me dio no se corresponde con la realidad. Ni mucho menos. Era después de la época estival y su caudal era muy bajo, apenas un poco de agua corría por su cauce.
Pero un detalle llamó nuestra atención poderosamente y fueron dos piedras situadas en la horquilla de un árbol en su orilla. Que fuerza tan poderosa puede arrastrar hasta tanta altura a esas dos enormes piedras del río? Pues ese no es otro que nuestro "timorato" Yeguas. En estos días me he acordado de esa foto y rebuscando entre los archivos la encontré.
Y es que ese profundo valle que a lo largo de muchos años ha ido socavando no es producto de otra cosa más que de fuertes corrientes que horadaban poco a poco la tierra y haciendo cada vez más profundo su cauce. Y las piedras evidentemente son producto de una, de las muchas crecidas, que se producen cuando nuestro clima mediterráneo dice: "ahí va agua".
Una vez que entiendes la fuerza y magnitud que llega a alcanzar las aguas que cruzan estos barrancos por el río Yeguas comprendes la importancia que pudo llegar a tener la construcción del puente que comunicaba el camino de Madereros con Valdelagrana hace no muchos años en los caminos eran los que eran y por donde eran. Cuantas historias sobre crecidas no tendrán nuestros mayores.
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