No es fácil observar a la esquiva garza imperial, Ardea purpurea, en nuestra Sierra Morena Oriental, y si a ello le añadimos que no suele tolerar la presencia humana es una suerte el poder realizar estas fotos de un ejemplar en un embalse cercano a Cardeña. Esta especie es solo visible en época estival y en pasos migratorios pero en pocos y solitarios ejemplares.
Los carrizos en los fondos y bordes de grandes charcas y pantanos donde el agua es somera son el lugar preferido por esta ardeida para buscar el sustento entre las ranas, cangrejos de río, peces y practicamente todo lo que se ponga a tiro de su largo y afilado pico.
Eso si en el momento que se siente un poco intimidada por la proximidad humana emprende un lento y pausado vuelo que también se presta a una buena foto.
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