Si paseamos por alguno de los bosque de robles melojos que esconde Sierra Madrona no será raro el escuchar como si las hojas secas que cubren el suelo se moviesen. Tras este ruido está la lagartija colilarga que rapidamente busca un escondrijo al detectar la presencia de los "bichos de dos patas". En esta ocasión tuvimos la suerte de poder inmortalizar a este macho, en primavera y con un colorido espectacular.
En la época de celo tiñen su cabeza y tronco de colores verdes, amarillos y rojo/anaranjado que les dan un aspecto un tanto "punk". Los machos más grandes son los que más colores presentan y se vuelven muy agresivos, mientras que los machos pequeños se "pintan" muy poco y se cree que puede ser para evitar conflictos con los dominantes.
Mayormente caza insectos de pequeño tamaño aunque incluso puede devorar algunas lagartijas de tamaño menor. A su vez tiene numerosos depredadores tanto alados como mamíferos carnívoros.
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