Cae la noche y cerca de la coqueta aldea de Ventillas, perteneciente al municipio de Fuencaliente, al lado del carril por el que circulamos a bajísima velocidad, para ver que tenemos la suerte de encontrarnos algún animal, nos aparece un precioso ejemplar de corzo. Las fotos no son de mucha calidad, por la falta de luz, pero la imagen nos hizo meditar un poco (no mucho que nos saturamos).
Paramos el coche y nos quedamos exactamente igual que él, paralizados, admirándolo y pensando en lo fácil que lo tienen los cazadores furtivos, que los hay y no pocos, con estos animales.
Casi el único método de defensa es quedarse quieto, inmóvil e intentar pasar desapercibido, pero claro no creo que siempre tenga la misma suerte que ese día. Con nosotros quedará inmortalizado en este humilde blog y servirá para llamar la atención sobre la fragilidad del entorno que nos rodea. Pero con el desalmado de turno también estaría expuesto pero seguramente sobre alguna pared.
Tan bello y tan fácil de destruir.
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