En uno de los robledales de Sierra Madrona sorprendimos a esta esforzada y bella araña lobo (Lycos tarentula) transportando a su inmensa prole formada por decenas de pequeñas arañas que lleva abnegadamente sobre su cuerpo. Estas pequeñas se bajan del lomo de su madre para alimentarse y puede llegar el caso de que si esta fallece la devoren, en la naturaleza no se desperdicia nada.
Es con la llegada del otoño cuando nace la descendencia de esta especie, y aunque es de hábitos nocturnos no es dificil el verla durante el día. El nombre de araña lobo le viene de que detecta mediante vibraciones a sus presas y las persigue velozmente hasta darles alcance, al modo de los cánidos carnívoros.
Su picadura es venenosa y produce inflamación y enrojecimiento de la zona y aunque no suele ser peligrosa hay que tener cuidado ya que podemos ser muy sensibles a su veneno y producirnos graves trastornos. En definitiva debemos de observarla y dejarla tranquila.
Su habitaculo lo hace en pleno suelo, un agujero taponado con pequeños palillos y piedrecillas para evitar el ataque de su mayor enemigo, el escorpión.
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