La red de caminos públicos en el Valle de Alcudia es inmensa, y desgraciadamente poco promocionada por las Administraciones Públicas, y debería ser puesta en valor con más intensidad ya que forma parte de la historia de esta comarca y es referencia nacional para millones de cabezas de ganado que han buscado en sus pastos el sustento diario. Un lugar referente de este valle es el Puente de Alcudia, donde realmente no existe ningún puente pero que es el lugar donde se situa la divisoria de aguas entre el Guadiana y el Guadalquivir. Las aguas que van hacia el Oeste son del primero y las del Este del segundo.
Para acercarnos a dicho lugar tendremos que coger el carril que parte de la carretera N-420 Córdoba-Puertollano y llegar hasta la Venta de la Inés, aparcaremos el coche, donde no moleste, unos metros antes y ahí veremos el cruce con los distintos letreros que nos anuncian los caminos públicos que discurren por la zona.
Tomaremos un camino que sale entre dos vallas que pertenecen a la finca Cotofía y pronto cruzaremos el río Tablillas, que un poco más arriba en la Sierra Sur de Alcudia, tiene su nacimiento.
Los majuelos o pan de pastor son numerosos en este lugar y seguramente que en sus tiempos serían utilizados por los pastores que pasaban aquí la invernada con sus rebaños.
Veremos una dehesa bien conservada y que en estos momentos está siendo podada y que además la están repoblando para renovarla y que siga dando riqueza a la zona.
A nuestra izquierda la Sierra Sur de Alcudia acoge un muy bien conservado monte mediterráneo y la Plaza del Judío, con algo más de mil metros, es su puntal de referencia.
De la rica avifauna que acogen estas sierras dan muestra los numerosos buitres leonados y negros que constantemente nos sobrevuelan y que incluso se acercan los suficiente como para tomar cercanas instantáneas.
La ruta es totalmente pública y así dejan constancia de ello las numerosas señales, pero no es raro que los guardas de la finca Cotofía nos pregunten donde vamos y cual es nuestro coche y cuanto tiempo vamos a estar, en fin que si nos armamos un poco de paciencia no suele ser más que hacernos ver que la propiedad quiere "controlar" a todo aquel que merodee por sus propiedades.
Las señales que hacemos los humanos no son las únicas que existen y sobre ellas vemos como los zorros también dejan sus señales visuales y olfativas para que sus congéneres sepan quienes andan por la zona.
Un pequño bosquete de robles melojos nos sorprenderán al poco de comenzar el camino, que es de aproximadamente unos tres kilómetros y algo para la ida y otros tantos para la vuelta.
En el camino tendremos oportunidad de probar dulces bellotas que sirven para la montanera de los cerdos y de los jabalíes que bajan de la sierra a degustar este manjar que cae de viejas encinas con un porte más que razonable.
Casi al final del camino veremos una puerta ganadera, que deberemos de dejar cerrada a nuestro paso, y que está unos metros antes del área recreativa que se encuentra en el lugar llamado Puente de Alcudia.
Este sitio representa un cruce de caminos públicos que nos llevan hasta el Puerto del Mochuelo, la Venta de la Bienvenída, etc y que tan solo necesitamos ganas de andurrear algo más y tener prevista la vuelta desde esos lugares. Esto lo dejaremos para otro día.
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