Esta ruta resulta muy cómoda de realizar, apenas una hora ida y otra de vuelta, y por un camino de muy buen piso e imposible de equivocarse.
La iniciamos justo donde está el cartel indicador de las pinturas rupestres de peña escrita (ver indicaciones de la entrada en este blog para ir a Peña Escrita), ahí podemos dejar el coche y continuar por la pista que se encuentra cerrada con una cadena.
Como veis el camino es fácil de seguir.
Las vistas nos llevan incluso hasta nuestra pequeña aldea de Azuel, ahí incrustada en medio de la ladera.
En nuestro camino nos encontramos preciosos ejemplares de madroño, con la peculiaridad de verlos en flor y con el fruto (esta foto se hizo a finales de diciembre de 2011).
También vemos espectaculares imágenes de Fuencaliente, que llaman la atención ya que normalmente lo vemos desde abajo como si fuese un nido de águilas, ahora podemos verlo en una perspectiva totalmente distinta.
La repoblación de pinos que se hizo en el siglo pasado se muestran ante nuestros ojos y nos acompañan durante todo el camino.
Si vamos en silencio podemos ver alguna que otra ardilla. Aquí vemos un comedero donde nuestras amigas suelen merendarse los piñones, vemos los restos de la piñas y su peculiar forma de dejarla (la aguantan con las manos y sacan sus piñones hasta que quedan prácticamente peladas salvo por el extremo que la sostienen).
Y por último la reina de estos lugares, la cabra montesa, se pueden ver con relativa facilidad sobre todo a la altura del Collado (cuando termina el repecho). A partir de ahí podemos dar la vuelta o si nos vemos con fuerzas continuar un poco más por el camino.
Buena ruta... - No he tenido la suerte de ver las cabras por aquí... ¿están siguiendo este camino?...
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