Cuando vamos llegando a Azuel, tras pasar Cardeña, y la carretera comienza a bajar vemos un espectacular paisaje que lo conforma una enorme raña que es el piedemonte de Sierra Madrona y que realmente se trata de una inmensa dehesa llena de encinas que unen Andalucía con Castilla la Mancha. Una manera de cruzarla en una bonita y cómoda ruta es la que sale de la carretera que une Azuel con Conquista y nos traslada hasta la que une esta con Fuencaliente.
El inicio de la ruta se encuentra en el kilómetro 6,6 saliendo desde Azuel hacia Conquista, veremos a nuestra derecha una enorme cancela cerrada y que pone "Los Rodeos". Debemos de aparcar el coche en un sitio que no moleste la entrada y salida de vehículos. La puerta no tiene candado y debemos de dejarla cerrada cuando crucemos.
El carril desciende un poco y se adentra en una de las dehesas mejor conservadas de todo el Valle de los Pedroches, en total son unos 7 kilómetros los que deberemos recorrer hasta llegar a la carretera de Fuencaliente a Conquista, y otros tanto de vuelta.
A unos doscientos metros nos encontramos un cruce de caminos, el de la derecha va hacia el cortijo y el de la izquierda es la vereda pública que debemos de seguir.
Grandes bloques de granito nos hacen ver que estamos en pleno batolito de Los Pedroches y estos se alternan con grandes encinas que sirven de despensa para la ganadería que pasta por estas tierras.
En el camino no es raro observar huellas de muchos animales, que son dificiles de observar, pero que sus deposiciones les delatan. En este caso encontramos un "mix" de zorro (cortos y con restos de insectos y semillas) y de Jineta (largo y estrangulado por diversas partes, terminado en pincel).
Grandes quejigos jalonan también algunas partes de este camino.
Pronto comenzaremos a ver el conjunto de sierras que conforman Sierra Madrona.
Sin dejar en ningún momento el camino principal llegaremos aproximadamente a los 3.5 kilómetros hasta otra cancela verde que es donde termina la Finca los Rodeos, y donde comienza el termino municipal de Fuencaliente y Castilla la Mancha. Deberemos de dejarla cerrada a nuestro paso.
No es raro que piaras de cerdos nos acompañen en nuestro caminar y es que son los auténticos reyes de estas dehesas.
Una pequeña subida nos conducirá por la Loma de Villanueva, donde merece la pena detenerse a contemplar la inmensidad que nos rodea, con Sierra Quintana al fondo y a nuestra derecha.
La Sierra de la Garganta hacia la izquierda.
Y el Peñón de Puerto Viejo y Peña Rodrigo frente a nosostros.
Asi mismo observaremos un cambio sustancial en el paisaje y es que abandonaremos el Valle de Los Pedroches, con sus verdes prados y encinas y nos adentramos en el verdadero piedemonte de Sierra Madrona. Los grandes bloques de granito son sustituidos por infinidad de piedras que imposibilitan la implantanción de ningún cultivo.
El matorral propio del monte mediterráneo se hace más patente.
Incluso observaremos algún gran ejemplar de alcornoque junto al camino.
Las vallas son distintas a la de los Pedroches, ya que las piedras no son las mismas las que se utilizan.
Poco a poco llegaremos a una finca a nuestra izquierda y un camino que ignoraremos y seguiremos de frente, un kilómetro más adelante está el final de nuestra ruta. Aunque esta vereda llega hasta el mismísimo Puerto Viejo que tenemos delante de nosotros.