Una pequeña ave, posada en un poste, con llamativo color rojizo en su cabeza, quieta, con la vista fija en el suelo, de pronto se deja caer y atrapa una descuidada lagartija. Nadie diría que este pajarillo, de aspecto frágil, fuese tan esmerado cazador. Se trata del Alcaudón Común (Lanius senator) y cada primavera inunda nuestra Sierra Morena Oriental para reproducirse entre nuestras dehesas de encinas.
Tiene la costumbre de ensartar a sus presas en alambres de espinos o en los majuelos que existen en grandes cantidades por esta zona.
Su arma letal es el pico ganchudo y robusto, es muy territorial y normalmente llegan primero los machos, preparan la zona donde van a reproducirse y cuando llegan las hembras el elige el emplazamiento del nido y comienzan su construcción. Se marchan inmediatamente después de este período reproductor.
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