lunes, 30 de mayo de 2016

Colirrojo Tizón

Esta pequeña ave tan solo se podía ver en grandes roquedos pero con el tiempo se ha adaptado a la presencia humana y es relativamente fácil el verlo cerca de construcciones o simplemente posado sobre alguna piedra. Aunque eso si suele ser bastante intolerante a la presencia de congéneres, por ello es un ave solitaria. Las cortijadas semiderruidas y los bolos de granitos de Cardeña son buenos lugares para observar a esta grisácea ave.


Se suele ver en posaderos donde emite sus característicos sonidos que se asemejan al chasquido de dos piedras, y lo hacen incluso fuera de la época de cría. Al parecer esto está relacionado con advertir a sus posibles rivales para que eviten invadir su territorio. Y en caso de que lo haga se comporta de una manera bastante violenta. Cuando suele estar alerta o nervioso suele mover de forma rapidísima la cola de forma que incluso puede llegar a ser imperceptible de lo rápido que realiza los movimientos.



Su alimentación la basa principalmente en pequeños insectos y frutos que recolecta de los arbusto, aunque cuando van a alimentar a la pollada los ciempiés suelen ser la presa favorita.


lunes, 16 de mayo de 2016

Mariposa Chupaleches

La mariposa "chupaleches" o "Podalirio" (Iphiclides podalirius feisthamelii) no es muy habitual verla en nuestros paseos por los ilimitados alrededores de Cardeña, aunque de vez en cuando se nos posa delante nuestra y se deja "afotar", como en esta ocasión en los bordes de un pinar de repoblación cercano al río Yeguas.


Se trata de una de las más grandes mariposas europeas, pudiendo llegar a los 9 centímetros de envergadura. El colorido negro/blanco con puntos azules, rojos y amarillos y su forma la hacen inconfundible y muy llamativa. Si además se posa sobre una planta bien verde el contraste es fantástico, y si tenemos la suerte de que la luz sea buena ya es el "remate de los tomates".


Una peculiaridad de esta mariposa es que en la parte final de sus alas presenta un dibujo que aparenta ser dos ojos y esto es para atraer a sus posibles atacantes hacia esa zona y así escapar con el menor daño posible.
Desde marzo hasta octubre es posible verlas volando por estas sierras cercanas a Cardeña, aunque son dos generaciones distintas de mariposas las que se dan en este intervalo de tiempo. En los cerros que rodean al río Yeguas es frecuente verlas "planear" ascendiendo ayudadas por las corrientes de aire.


viernes, 13 de mayo de 2016

Subida al Valle de la Cereceda. Fuencaliente

Uno de los valles más bonitos de toda Sierra Morena es el de la "Cerecea", un lugar inundado de robles melojos y salpicado por algunas manchas de pinos de repoblación. Entre Sierra Madrona y la Sierra de Hornilleros se refugia este precioso valle que puede ser recorrido en toda su extensión por un carril que va subiendo poco a poco hasta en algo más de 7 kilómetros situarnos en el Collado del Robledo de la Cereceda, un lugar digno de visitar.


El acceso a esta ruta se realiza desde la carretera nacional 420, una vez pasado el pueblo de Fuencaliente a la derecha nos saldrá un carril (en el kilómetro 101,6) que desemboca en un cruce de caminos. A la izquierda está el campo de futbol y frente a nosotros una pequeña área recreativa. Ahí dejaremos el coche e iniciaremos el recorrido.


El camino irá subiendo de forma lenta y progresiva y en primer lugar pasaremos por una pequeña represa que veremos a nuestra derecha, antes habremos pasado ya alguna pequeña cortijada.



Conforme vamos subiendo tendremos mejores vistas de la inmensidad natural que nos rodea.


Frente a nosotros irán apareciendo peñones que sirven de refugio a grandes rapaces y buitres leonados que suelen ser habitantes más que habituales de estas sierras.


Fuencaliente y Azuel se mostrarán al fondo cuando lleguemos a un pequeño collado.


El Valle de la Cereceda ya se va visualizando frente a nosotros y dependiendo de la época en la que lo visitemos el color de los robles melojos irán cambiando el paisaje de una forma radical. Del verde más intenso de la primavera y el verano pasaremos al color "melojo" que toman los robles en otoño y que les da el nombre de robles melojos.


Conforme nos vamos acercando al final de la ruta veremos como el río de la Cereceda va paralelo al carril y nos acompañará practicamente hasta arriba. Siempre debemos de seguir el camino principal, ya que tanto a derecha como izquierda nos saldrán algunos caminos que se adentran sierra arriba.


Las vistas del inmenso robledal, uno de los principales de Sierra Morena, son cada vez mejores. El tiempo total de subida dependerá de nuestras fuerzas, aunque a un paso normal en unas dos horas y media podemos llegar al collado. Sin embargo no debemos de obsesionarnos con llegar, hacer paradas y disfrutar del paisaje y del silencio del valle es algo que merece la pena.




En el Collado del Robledo de la Cereceda finaliza la excursión y en el mismo nos encontraremos varios carriles. El de frente lleva hasta la entrada a la Finca Valmayor, que también es camino público, el de la derecha es un camino maderero y el de la izquierda es otra vía pecuaria que va a la Vereda de las Navas. Nosotros os recomendamos seguir unos 300 metros el de la izquierda para ver una antigua mina romana y si seguimos con fuerza subir un poco a la sierra de la izquierda desde donde tendremos unas fantásticas vistas de todo el valle.


jueves, 12 de mayo de 2016

Por la Cara Sur de Sierra Quintana

Sierra Quintana forma parte del último tramo del macizo Madrona-Quintana y representa una de las zonas mejor conservadas donde se pueden disfrutar los mejores paisajes de Sierra Morena. La conjunción de varios factores como las grandes propiedades y la escasa  o casi nula densidad de población han hecho de estas tierras un lugar excepcional.


Desde Azuel tenemos una esplendida visión de esa cordillera montañosa que afortunadamente todavía tiene un carril público, eso si solo accesible andando, que podemos recorrer en una de esas jornadas maravillosas que nos regala nuestra Sierra Morena Oriental.


El acceso al carril lo haremos desde la carretera que une Montoro con Puertollano y un poco antes de llegar a Fuencaliente, en el kilómetro 97,6, nos aparece un carril a nuestra derecha que nos lleva hasta la zona de los Puentes del Engeño. Seguiremos ese carril en dirección hacia la Finca Las Lisiadillas y antes de atravesar el río de Navalmanzano y comenzar la subida a la Cuesta del Sauco podemos dejar el coche en un lugar que no moleste y comenzaremos esta ruta.


A media cuesta nos aparece un carril a nuestra derecha y entraremos directamente en territorio del Parque Natural de Andujar.


A partir de ahí el carril seguirá paralelo a la cara sur de Sierra Quintana, donde coexisten las cuatro especies características del monte mediterraneo: encina, quejigo, roble y alcornoque.






Veremos los restos de viejas cortijadas de las que antes abundaban por estas zonas y que poco a poco se fue despoblando y quedando en manos de unos pocos propietarios que dedican miles de hectareas de forma exclusiva para la caza.


El comienzo será un breve descenso al entrar en la finca Navarrodrigo y al poco pasaremos por el Cortijo de Lucas.


A nuestra izquierda se iran sucediendo el Burcio del Pino primero y luego el Collado del Madroño, puntos claves de esta pequeña cadena montañosa.


Son unos 20 kilómetros de carril los que nos conducen hasta la carretera que va desde el Santuario de la Virgen de la Cabeza (Andujar) hasta Solana del Pino, y antes debemos de pasar por algunas puertas que hay que dejar tal y como a encontremos. La primera es esta que nos adentra en Las Lisiadillas.



Al igual que desde Azuel vemos esta sierra, desde estas faldas podemos ver a lo lejos ese pequeño pueblo andaluz que parece un portal de Belen incrustrado en las lomas que forman parte del Parque Natural de Cardeña-Montoro.



Un poco más adelante pasaremos un cruce en el que el carril de la derecha lleva directo a la Finca Las Lisiadillas y el de la izquierda es el que debemos seguir.



Son numerosos los arroyos que bajan de lo más alto de Quintana y que cruzan el carril.


La siguente puerta nos dice que entramos en la Finca el Panizal, otro enorme latifundio cinegético, al poco pasaremos por delante de la cortijada y poco después iniciaremos un pronunciado descenso que nos llevará hasta la pasada por el río Valmayor.



Desde el río Valmayor nos quedarán unos 5 kilómetros para llegar al cruce con la carretera, donde finaliza esta enorme ruta. La vuelta será por el mismo lugar a no ser que tengamos previsto un coche que nos recoja en dicha carretera. Son unos 20 kilómetros en total de lo más escondido de Sierra Madrona. Debemos de tener en cuenta que circularemos por un carril público pero que atraviesa grandes cotos cinegéticos. Por lo que es normal que la guardería nos pare y nos pregunte donde vamos, simplemente cumplen su misión y nosotros no tenemos nada que ocultar. Igualmente debemos de tener en cuenta la época de las monterías en las que se pueden cerrar algunos pasos para evitar accidentes.




domingo, 8 de mayo de 2016

Escarabajo Aceitero, el Cuco de los Escarabajos

Carraleja, curita, curica, aceitera... todos estos nombres sirven para diferenciar al escarabajo aceitero, Berberomeloe majalis, pero sobre todo sus llamativos colores y su inconfundible forma le hace ser uno de los coleopteros más reconocidos y mayores que existen en la península, llegando a alcanzar más de 7 centímetros de longitud.


Hay que tener cuidado con el ya que el nombre de aceitero le viene de una sustancia que segrega cuando se ve en peligro y que es muy tóxica y puede producir daños en la piel, incluso algunas complicaciones si lo ingerimos.


Una vez que se aparean ponen miles de huevos en el suelo y las larvas cuando eclosionan suben a las plantas (para ello están dotadas de uñas que les sirven para trepar), donde esperan que los insectos las transporten involuntariamente a sus nidos, donde parasitan a esa especie llegando incluso a devorar sus huevos. Y es que no solamente existen "cucos" en el reino de las aves.


miércoles, 4 de mayo de 2016

La Culebrera y sus Difíciles Presas

Cada vez que llegan los calores a nuestra Sierra Morena Oriental podemos observar el majestuoso vuelo del águila culebrera y como se llega a quedar practicamente parada escrutando cada uno de los rincones de los encinares que se extienden a sus pies. Y siempre nos hacemos la misma pregunta: como demonios puede este animal alimentarse de unas presas que nos son tan difíciles de avistar a nosotros desde el suelo. Y evidentemente más difícil todavía es poder ver como después de un picado extraordinario, al rato la vemos sobrevolando nuestra cabezas y con los restos de una presa que todavía le quedaba por terminar de ingerir.


La casualidad es que un poco antes habíamos tenido la oportunidad de ver un lagarto ocelado subido en una encina, donde se queda quieto y practicamente inmóvil.


Y un poco más adelante en un embalse una culebra de agua. Ambas presas potenciales del águila culebrera y que tuvimos de la suerte de observarlas un poco antes de ver al ave devorando a una de ellas. Toda una conjunción de casualidades que los pajareros sabemos bien que no son fáciles de que coincidan en una misma mañana. Aun a sabiendas de la enorme riqueza natural que tenemos la suerte de poder disfrutar en los alrededores de Cardeña.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...