miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las Calderas del Río Valmayor. El Secreto Mejor Guardado de Sierra Morena

En uno de los rincones más bonitos y a la vez más inaccesibles de toda Sierra Morena Oriental, se encuentra un lugar idílico que bien merecería convertirse en una de las rutas más esplendidas de nuestra geografía peninsular. Se trata de las Calderas del río Valmayor, unas pozas de agua cristalina que se han formado tras miles de años de desgaste de las rocas que conforman estas serranías


La ruta discurre por unos parajes constituidos por un excepcional monte mediterráneo y atraviesan una zona de alto valor ecológico y sobre todo cinegético. Y es ahí donde comienzan los problemas, el carril por el que discurriremos gran parte de la ruta es público y constituye un camino que se denomina de Fuencaliente a Solana del Pino (Ciudad Real), aunque pertenezca al Parque Natural de Andujar en su inmensa mayoría.
La entrada al dicho carril está en la carretera que une Puertollano con Andujar y a la altura del cortijo del Hontanar, en el límite de Andalucía y Castilla la Mancha, se encuentra una valla que impide el paso de vehículos. Pero existe otra a su lado por la que se permite el paso de senderistas.


No obstante rara vez no aparecerá un guarda que intentará disuadirnos de que por allí no se puede andar, que el camino es particular, que hay que pedir permiso al parque, que... en definitiva tratará de disuadirnos de nuestras intenciones. Si tenemos una buena mano izquierda no tiene porque haber problemas ya que realmente lo que temen es a los furtivos que hacen de las suyas con el ganado de la zona. De todas maneras tenemos que tener bien claro que esta es una vía pública y así se encuentra registrada en la pagina del ayuntamiento de Fuencaliente (fuencaliente.net).


Tomaremos el carril hacia el frente y comenzaremos descendiendo poco a poco, a nuestra izquierda se encuentra Sierra Quintana y a la derecha una serie de lomas que se extienden hasta la Virgen de la Cabeza y que ambos constituyen uno de los últimos bastiones del lobo y de lince ibérico.


Igualmente hay que estar atentos al cielo ya que es muy habitual la observación de águilas imperiales y reales y buitres leonados y negros.



LLegaremos a las ruinas de un antiguo cortijo y a partir de ahí tendremos una corta pero inclinada bajada hasta llegar a las orillas del río Valmayor.


Tras unos quinientos metros de bajada estaremos sobre el famoso "vado" del Valmayor, un paso asfaltado para superar las crecidas frecuentes de este río que atraviesa como una daga Sierra Quintana y pone en contacto el precioso Valle de su mismo nombre con el Parque Natural de Andujar y que desemboca unos kilómetros más abajo en el río Yeguas.


Aquí podremos descansar un rato y contemplar las bellas pozas donde no es difícil observar al esquivo martín pescador y a la escasa nutria o al menos sus deposiciones.


Aquí comienza la parte más complicada de la ruta y a la vez la más bonita, porque debemos de tomar dirección hacia dentro de la estrechez que ha conformado el paso del río en su caminar hacia el Yeguas.


Y es que desde este punto hasta el paraje de las Calderas no existe ningún sendero ni señalizado ni sin señalizar, simplemente puede haber sendas que utilizan los animales o bien tomar la calle de en medio y enfilar hacia el estrecho. Por donde? pues nosotros utilizamos el río, y es que si vamos en época donde no haya mucho cauce es factible hacerlo por sus orillas o incluso por partes del cauce. Logicamente hay que evitar épocas de lluvias recientes y mejor a finales de verano, comienzo de otoño. Tenemos que tener en cuenta la calor que puede hacer y el que no existen fuentes para aprovisionarnos en todo el camino.


El ir por el cauce nos proporcionará unas vistas preciosas del desgaste que sufren las rocas por el pasar continuo de las aguas sobre ellas.


Tan solo nos saldrá por nuestra derecha un arroyo tributario del Valmayor, que evitaremos y seguiremos de frente hasta que aproximadamente una hora después de iniciado el camino desde el "vado" llegaremos a vislumbrar el paraje conocido como "Calderas del Valmayor".


Veremos una primera poza o caldera y luego hay otras dos más que tendremos que trepar un poco por su orilla izquierda o derecha, dependiendo del caudal, para poder verlas. Es una pequeña trepada que hay que hacer y en la que tendremos especial cuidado con lo resbaladizo de la roca.


Ese pequeño esfuerzo merece la pena ya que podremos contemplar otras dos pozas o calderas verdaderamente maravillosas y que conforman un espacio único en Sierra Morena y que desgraciadamente se encuentra vetado para la inmensa mayoría de aficionados al senderismo.


Se trata de una excursión un tanto exigente, de unas 6 horas de duración (ida y vuelta) y con las dificultades añadidas que hemos comentado anteriormente, pero que con un poco de interés por parte de las Administraciones se podría conformar una ruta de senderismo fantástica y que daría a conocer un lugar precioso en un entorno maravilloso. Abrirla determinadas fechas, limitar su acceso a un número clausus, solicitud de permiso, en fin se pueden habilitar formulas que permitan mantener la "intimidad" que requiere la zona y sobre todo la compatibilidad entre caza y turismo, es decir entre dueños de fincas y senderistas. Respetémonos entre todos, nos irá mejor.


Aquí tenéis un pequeño vídeo de tan espectacular lugar en las entrañas de Sierra Morena.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Dos Torres. Valle de Los Pedroches

En la zona central del Valle de Los Pedroches se encuentra un típico pueblo que resultó de la unión de otros dos: Torrefranca y Torremilano, de ahí su nombre. Tierras fronterizas entre los señoríos de Cordoba y Santa Eufemia son estas y que han dado lugar a enfrentamientos históricos por dominar estos lugares estratégicos entre Castilla y Andalucía.


Un paseo por sus calles y alrededores nos mostrarán una gran variedad de monumentos entre los que resalta la iglesia de La Asunción, de tres naves y con artesonado de tradición mudejar.




La plaza donde se encuentra la iglesia merece la pena recrearse en ella y en esos balcones tan típicos de este pueblo.


Muchos son los detalles que nos llamarán la atención en el paseo por sus calles, bellas portadas con granitos que nos vislumbran la buena cantidad de canteros que estas tierras han dado historicamente.



Las afueras cercanas al pueblo también merecen un paseo, son varias las ermitas que tiene Dos Torres, como la de Loreto, San Bartolome, San Roque, San Sebastián, Cristo de la Caridad.



Y desde la patrona la Vigen de Loreto tendremos unas bonitas vistas de todo el pueblo.



Y si nos subimos al mirador que hay instalado junto a la ermita podremos ver gran parte del Valle de los Pedroches.




viernes, 18 de septiembre de 2015

IV Feria del Lechón Ibérico en Cardeña

Durante los próximos 16, 17 y 18 de octubre se celebrará por cuarto año la Feria del Lechón Ibérico en Cardeña, un autentico lujo el poder degustar las tapas de este manjar que se cría en nuestras dehesas a base de las bellotas que dejan caer gentilmente las encinas. Cada año sube espectacularmente el número de visitantes que vienen a nuestra tierra a conocer un poco más de la singularidad de los cochinos ibéricos que son la base de una gastronomía única.



Además de la degustación del típico "cochifrito" en esta feria se ofertan otros servicios de diferentes empresas de la zona dedicadas al turismo, a la producción ecológica de alimentos, a la observación de animales, en definitiva se trata de vendernos un poco al exterior y que se de a conocer una zona única en el Sur de Europa como es esta comarca fronteriza entre Andalucía y Castilla la Mancha y que se encuentra rodeada de una naturaleza desbordante en todos sus sentidos y donde conviven especies de un altísimo valor ecológico.

martes, 15 de septiembre de 2015

La Berrea ya Suena en Sierra Morena

Tan solo ha hecho falta un pequeño "chaparrón" que moje "el lomo" de los ciervos para que se desencadene, una año más, un fenómeno sin igual que se vive de forma intensa en toda Sierra Morena Oriental. La berrea ya suena con todo su explendor en estas sierras y los "venaos" se disputan las mejores hembras para perpetuar la especie con los más fuertes y sanos.



Es en estos días cuando los grandes machos, normalmente ocultos entre la espesura del monte mediterráneo, se dejan ver incluso a cualquier hora del día. Su celo les hace ser menos cautelosos y por ello si nos apostamos en cualquier carril y somos un poco silenciosos tendremos la oportunidad de observar sus grandes cuernas, sus singulares berridos e incluso, con un poco de suerte, verlos o escuchar como chocan sus cuernas entre los rivales.


Las hembras mientras tanto también se reunen en los claros donde pastan y esperan a que los grandes campeones terminen sus "cuitas" y se queden con los mejores rebaños.


En la zona de Cardeña y Sierra Madrona existen multitud de carriles desde los que poder observar y oir este fenómeno y entre ellos están la antigua carretera de Montoro, el pueblo abandonado de Horcajo, el camino que lleva hasta Solana del Pino, etc. De todas formas sobre todo debemos de comportarnos con el debido respeto hacia la naturaleza, evitando hacer ruidos, no dejando basuras y no invadiendo las propiedades privadas. Si todos respetamos unas mínimas normas de comportamiento seguramente disfrutaremos mucho más de este singular espectáculo que todos los años nos regala la madre naturaleza.


Aquí os dejo un pequeño vídeo grabado el pasado fin de semana en el que un macho está contestando a otros que braman sin parar.



martes, 8 de septiembre de 2015

De Solana del Pino a Solanilla del Tamaral

La pequeña y estrecha carretera que une Solana del Pino con Solanilla del Tamaral (Ciudad Real) representa un extraordinario lugar para conocer una parte de Sierra Morena con un encanto especial. Se trata de la conjunción de diversos valles y sierras que conforman un espacio natural de gran valor ecológico y refugio de especies tan valiosas como el lobo, el lince o el águila imperial.


En total de una a otra localidad son unos 10 kilómetros que podemos hacer perfectamente en un cómodo paseo por el arcen de la carretera, ya que el tráfico es escaso y la visibilidad buena.
El coche lo podemos dejar a las afuera de Solana y comenzaremos con una pequeña subida hasta el cruce con la carretera de Puertollano a Andujar.


Una vez que lleguemos al cruce tomaremos dirección Andujar y en bajando llegaremos hasta un nuevo cruce hacia la izquierda que nos indica Solanilla del Tamaral. Este trozo de carretera es la que sustituyó a la vieja que pasaba por Solana y llegaba hasta el Puerto de los Reollos.


A partir de aquí tendremos magníficas vistas a nuestra izquierda con la Sierra Madrona en su máximo esplendor y la carretera que se ve a lo lejos es la que nos lleva hasta Andalucía por el puerto del mismo nombre que la sierra. 


La sierra Sur de Alcudia la tendremos a nuestra izquierda, en el sentido de la marcha y es la que nos  separa del inmenso valle de más de 100 kilómetros de extensión. Esos cortados son cobijo para infinidad de aves entre las que se encuentran el águila real y perdicera y los buitres leonados. Además este fenomenal monte mediterraneo alberga nidos de buitres negros y águila imperial.


Las vistas que cercanas a Solanilla del Tamaral tenemos de la Hoz del Jándula son llamativas, y es que en esa zona tenemos varios accidentes geográficos que produce este río. Siendo además en estos lugares donde dicho cauce cambia de nombre pasando de ser el Montoro al Jándula. La Sierra del Hoyo la vemos al fondo y dando cobijo a ese pequeño pueblo, pedanía de Mestanza.


Ya vemos abajo como aparecen las primeras, y casi únicas casas, de Solanilla del Tamaral, en suave descenso haremos el último kilómetro. En este tramo y hacia nuestra izquierda, en tiempos de berrea de los ciervos, podemos disfrutar de sus bramidos a cualquier hora del día y de la noche.


Dependiendo de las ganas de andurrear que tengamos, siempre pensando que tenemos que recorrer el camino de vuelta, podemos acercarnos carretera adelante hasta la rotonda que va hacia Mestanza o El Hoyo. Un lugar en el que debajo nuestra observaremos la Hoz del Chorrillo.


Las vistas hacia atrás nos muestran como el pueblo parece incrustrado en la ladera de la montaña y al fondo esos roquedos que son refugio de infinidad de aves y de la escasa cabra montesa, que facilmente observaremos con unos prismáticos.


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