lunes, 25 de mayo de 2015

El Embalse de Carboneras

En la carretera que une Conquista con Torrecampos existe un carril que nos conduce hasta el embalse de carboneras, un lugar entre dehesas de encinas y un carril que conduce hasta el mismo que nos hará pasar una excelente jornada de senderismo.


Una vez que pasemos conquista siguiendo la carretera A-3200, a unos pocos kilómetros nos encontraremos con un pequeño edificio a nuestra derecha con una valla metálica que lo rodea y una bajada, justo ahí aparece un carril a la derecha que deberemos tomar. Dejaremos el coche en un lugar que no moleste y podremos comenzar nuestro caminar en busca del embalse de Carboneras.


Como 1 kilómetro más adelante aparecera a nuestra izquierda dos grandes piedras y un camino a la izquierda con un paso canadiense, y una cantera un poco más adelante.



Los rabilargos son seguros acompañantes de todo el recorrido.


Si tenemos suerte podrá aparecer alguna liebre, aunque lo más normal es que veamos muchos conejos que son presas de grandes rapaces que se pueden observar también.




Estas grandes rapaces, así como buitres leonados y negros encuentran refugio en la cercana Sierra de la Garganta, que se veremos como telón de fondo del embalse de Carboneras.


La abubilla será más fácil verla buscando comida por el suelo que en pleno vuelo, aunque aquí tuvimos la suerte de inmortalizarla desplazándose por el aire.


Tras una corta y poco pronunciada bajada llegaremos a un primer vaso de agua en el que los bloques de granito, tan característico de Los Pedroches, se acercan hasta la misma orilla como queriendo refrescarse de los calores primaverales.


Si somos observadores descubriremos muchas deposiciones de nutrias en la piedras "peladas" que les sirven de cómodas hamacas cerca de su medio natural el agua.


Debemos entonces de recorrer la orilla hacia la pequeña presa y su rebosadero, por nuestra derecha, siguiendo un "verea" que no tiene perdida.


La lagartija ibérica aprovecha las buenas temperaturas para tomar el sol sobre las piedras.


En primavera los narcisos son muy habituales.


La abundante vegetación perilagurar sirve de refugio a distintas anátidas, ardeidas y otras aves que igualmente y si vamos en silencio, tendremos ocasión de poder ver.


Los "puros" destacan entre los cañaverales de la orilla.


Casi a la misma altura que la primera presa podremos ver unas grandes rocas que antiguamente servían como zahurda (cochinera en el Valle de los Pedroches), construida de piedra original de la zona.


Entre un embalse y el siguiente existe una zona de mucha vegetación y grandes bloques de piedra.


Y un poco más adelante nos aparecerá el embalse de Carboneras, el cual podremos recorrer su orilla o buscar una buena sombra bajo una encina y disfrutar del silencio y del avistamiento de las numerosas rapaces que buscan el sustento diario por estas inmesas dehesas de encinas.
El tiempo empleado en llegar hasta el embase puede ser un poco más de una hora, aunque las posibilidades pueden aumentarse si queremos dar una vuelta perimetral. Eso queda a gusto de vosotros o de vuestras posibilidades.
Todo el camino discurre por zonas de acceso público aunque debemos de ser respetuosos con las propiedades adyacentes.


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